La industria del data center y una disciplina académica como es la Filosofía a priori parecen no tener nada en común. Sin embargo, Héctor Villarruel, que compagina su pasión por la filosofía con su trabajo como jefe de data center de Alestra, ha unido ambos mundos y descubriendo las sinergias que pueden darse. Héctor actualmente está trabajando en las diferentes visiones ontológicas-hermenéuticas que ocurren dentro de los data centers, así como en revisión dentro del ámbito filosófico de las construcciones de centros de datos.

En esta entrevista, charlamos con Héctor Villarruel y el Profesor Héctor León, coordinador de la carrera de Filosofía del Instituto de Filosofía, para profundizar en las herramientas filosóficas existentes y en los beneficios que aportan.

Filosofía y data centers, parecen dos áreas o conceptos totalmente diferentes pero, ¿qué puntos en común tienen?

Héctor Villaruel: Un banco nos solicitó evaluar el construir un data center en su matriz. Me di cuenta de que hacía falta algo. No podían encender la máquina de diésel porque hacía mucho ruido y el diésel ya consumido se iba a una zona habitacional (contaminación). La filosofía nos invita a abrir nuestro contexto de vida para tomar en cuenta al otro y el principal problema es que el banco está en medio de una comunidad.

El banco tuvo que tomar una decisión en consideración a la población. Esta decisión del banco de no afectar a sus vecinos humanizaba el problema, lo que implicaba que nuestra solución necesitaba tomar en cuenta el enfoque social para poder restablecer los SLA de nuestro cliente de forma socialmente sustentable.

La filosofía nos impulsa a tomar responsabilidad de cada uno de nuestros actos como individuos racionales, para no caer en instrumentalismos que puedan abusos de cualquier índole.

Durante el recorrido nos percatamos que, en esa misma ubicación, el banco almacenaba grandes cantidades de documentación en papel sin ningún sistema de detección, ni de supresión de incendios. Se le indicó al cliente del gran riesgo que esto representaba para sus clientes, empleados, vecinos y la posterior construcción del centro de datos. Este tipo de visión socialmente responsable es el centro de la teoría del filósofo lituano-francés Emmanuel Lévinas, el cual coloca en el núcleo de su pensamiento la necesidad de una visión ontológica desde un nosotros como centro de vida. Además, había que pensar cómo garantizamos que esa energía limpia, fuera socialmente limpia. Desde este enfoque, se le realizó la propuesta al nuestro cliente y fuimos favorecidos con su visto bueno.

Héctor León: Un data center, una empresa y la filosofía están en la lógica generar bienes y servicios. Es necesario reconocer que la generación y producción de bienes y servicios no puede hacerse al margen de la consideración de las personas, quienes los producen, quienes trabajan en las instituciones. Para todos los implicados ese proceso debe suponer condiciones dignas.

La filosofía nos permite evaluar cuando una empresa garantiza las condiciones necesarias para que las personas trabajando generen bienes y servicios y se sientan realizados. Trabajar no está reñido con ser humanos. Hay procesos internos y externos. Un data center si genera bienes y servicios, como empresa no quedan al margen de condiciones éticas, de seguir la sustentabilidad y la justicia.

¿Qué posibles usos tiene la filosofía en la industria de data centers?

Héctor Villarruel: Las redes sociales han potencializado la exposición de la imagen de marca. La filosofía puede apoyar en dirigir de manera correcta todo esfuerzo empresarial para que este se encuentre acorde a una visión social. Hoy en día no vasta cumplir con todas las normas y estándares de la industria de centros de datos, necesitamos tener conciencia de que compartimos mundo con nuestros semejantes en un entorno natural cada vez más vulnerable.

Con respecto a la visión hermenéutica, hay que tomar en cuenta que nuestra visión de mundo es construida desde nuestro bagaje histórico con el cual nos arrojamos a un mundo. Cada cliente que nos visita en nuestros centros de datos, cada ingeniero que trabaja en ellos, todos, tenemos nuestra propia imagen de mundo construida desde nuestro saber histórico, lo que implica que todo desplazamiento técnico, cada instalación, cada paso realizado por nuestros clientes, proveedores y equipos de operación, son afectados por ello. Si no tomamos en cuenta esto, nuestras implementaciones pueden estar fuera de los estándares certificables, por ejemplo.

Lo que tratamos de hacer es guiar al cliente, que en muchos casos no saben qué es un data center. Existe una diferencia entre lo que el ingeniero indica y lo que el cliente interpreta. Si no tomamos en cuenta que hay una diferencia en las interpretaciones, va a ser difícil que se implemente bien. Hay una falta de la parte hermenéutica.

En nuestra compañía, tomando en cuenta esto, se han aplicado ya con éxito diferentes sesiones de cafés filosóficos. En ellos se favorece un diálogo racional, desde donde el personal va comprendiendo la relevancia del cómo el despliegue hermenéutico afecta nuestras actividades. Con ello hemos logrado que la comunicación de los ingenieros para con nuestros clientes y sus entornos mejoren y sean más efectivas. Nos ha ayudado a evitar muchas fallas y a ahorrar mucho dinero.

Actualmente están trabajando en las diferentes visiones ontológicas-hermenéuticas que ocurren dentro de los data centers, así como en revisión dentro del ámbito filosófico de las construcciones de data centers. ¿En qué consiste esto?

Héctor Villarruel: A través de los cafés filosóficos se establece un diálogo racional. Como ingenieros no nos capacitan en este sentido. Lo que vas a decir hay que pensarlo con anterioridad y escuchar al otro. Esto favorece que cada palabra cuente y tenga un sustento racional.

Dentro de estos cafés filosóficos he impulsado la necesidad de que hay una diferencia en el interpretar de cada persona. ¿Qué es bueno para ti? Hay diferentes visiones. De ahí extrapolamos esto al centro de datos. ¿Qué significa que el rack esté bien ordenado? Hay que establecer un vínculo con el cliente.

Un café filosófico tiene un rango de tiempo libre. Lo que hice es establecer tiempos de 40 minutos con respuestas cortas de un minuto como máximo con lo que empujas al ingeniero para que estructure su pensamiento.

Además de la evaluación ética de centros de datos, bajo una ética de mínimos y máximos.

¿Qué recepción están teniendo estos proyectos en Alestra?

Héctor Villarruel: Hay buena acogida de gran parte de los compañeros. Se está impulsando en la gerencia.

¿Qué beneficios tiene el poner en práctica el abordaje ético para evaluar nuevas instalaciones o en nuevas construcciones?

Héctor León: El centro de datos ofrece servicios y productos y entra en contacto con el ambiente.

En la medida en que un filósofo/a ha desarrollado un conjunto de habilidades de lectura y escritura, se han habilitado en el desarrollo de un pensamiento crítico y complejo, en una capacidad de diálogo y escucha, está en condiciones para leer la realidad de la institución y diagnosticarla, para someterla a una suerte de evaluación, puede hacer procesos de objetivación. He conocido un porcentaje de estudiantes que se incorporan a librerías, a editoriales, escuelas y centros de negocios. En el caso particular de los que se han incorporado a empresas suelen sumarse a programas de capacitación y desarrollo humano. Un filósofo tiene la capacidad de escucha activa, puede realizar una consultoría o coaching, múltiples procesos de acompañamiento humano a diversos niveles. Muchas empresas padecen del mal uso de la tecnología (burnout, estrés psicológico, cansancio visual, etc). Una empresa es colaborativa en la medida en que posibilita que sus trabajadores y los destinatarios de sus servicios tengan una buena calidad de vida.

Sobre los beneficios para un data center, cuando una empresa se propone hacer el bien, desde el principio va a incorporar criterios de producción sustentable, de responsabilidad social. La ética ayuda a definir tanto los códigos de convivencia de los empleados, de servicio y producción y que todos salgan beneficiados.

Héctor Villarruel: Para construir un data center es necesario hacer uso del agua, energía eléctrica, entre otros elementos, y si un ingeniero no tiene la capacidad hermenéutica de analizar su entorno, puede poner un data center y quitar energía a un hospital, por ejemplo.

Cuando alguien va a instalar un data center, un filósofo analiza y escucha su entorno. Examina el entorno social, de tierra (cuáles son los desechos que va a dejar), va a contaminar o generar ruido. Todo esto influye en la imagen de la empresa.

El filósofo puede ayudar a ver el bienestar de los que están alrededor. No solo existe la parte de justicia. Construiremos en base al bienestar de nuestros vecinos, con el medio ambiente, ya que la tierra tiene sus derechos. No hay lugar donde poner una industria no tenga impacto.

¿Qué principales cambios se notan al aplicar la filosofía en una industria como esta?

Héctor Villarruel:

  • Visión más integral, menos instrumentalista. Instrumental es cuando se busca un beneficio económico a pesar de hacer un perjuicio al humano.
  • Beneficio en cuestión de imagen como empresa.
  • El trato humano: el diálogo humano con el otro. La existencia del otro y del nosotros.
  • Visión hermenéutica: cómo comprendemos las reglas, las certificaciones. Establecer tolerancias humanas y una diferencia de interpretaciones.

¿Es habitual aplicar la filosofía?

Héctor Villarruel: Es necesario. Aunque no viene por defecto, se necesita entrenamiento.

En tu artículo Filosofía en la Empresa: La perspectiva levinista tematizada en la Construcción de los Centros de Datos y su impacto con su entorno social señalas que: “Un Centro de Datos, si lo pensamos como una entidad viviente, necesita sentirse orgulloso de formar parte de la realidad de su entorno, pero contento de que su actuar es neutro, que su libertad de instrumentalización no está por encima de los que, como él, comparte mundo”.

Héctor Villarruel: Existe una tendencia esquizofrénica de sentirnos fuera de nuestro mundo. La realidad es que formamos parte del engranaje de la naturaleza, de nuestro mundo. Si nos tomamos en cuenta como un nosotros, como totalidad, pero una totalidad donde nos incluimos junto con la flora, fauna, tierra y nuestro entorno social, podremos actuar mejor y al final, tendremos un mejor retorno económico. Hoy en día ya no se puede caminar cerrando los ojos.

En Monterrey, Nuevo León, había un problema de escasez de agua. Como centro de datos, si eres irresponsable y no sigues las buenas prácticas que favorecen el bienestar comunal, por ejemplo, tener un data center a 18ºC en lugar de a 25ºC, involucra un problema.


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