Twitter sigue impugnando sus facturas de la nube y se niega a pagar el dinero que debe a Google Cloud.

Platformer informa de que Twitter se ha negado a pagar sus facturas de Google Cloud cuando se acerca la renovación de su contrato este mes.

Twitter firmó un contrato con Google en 2018 y anunció una expansión de su huella GCP en 2021. Según los informes, el acuerdo plurianual que se renueva abarca cinco años y está valorado en más de mil millones de dólares, con unos 300 millones de dólares pagaderos en 2023.

Platformer informa de que Twitter ha estado "luchando" para trasladar servicios fuera de Google Cloud antes de que el contrato finalice el 30 de junio, pero esto está llevando más tiempo de lo esperado, y no se sabe qué podría pasar con algunos de los servicios afectados.

Entre los sistemas que podrían verse amenazados en caso de interrupción se encuentran los dedicados a luchar contra el spam y a eliminar contenidos de abuso sexual infantil, extremistas y sangrientos.

Smyte, una empresa que Twitter adquirió en 2018 y que proporciona herramientas para detener el acoso, el abuso y el spam, está alojada en Google Cloud Platform y ahora se cerrará a finales de mes,

The Information ha informado anteriormente de que la compañía ha estado tratando de renegociar su contrato con Google en los últimos meses, tras intentos de renegociación similares conAmazon y Oracleel año pasado.

Desde que se hizo cargo de Twitter por 44.000 millones de dólares el año pasado, Elon Musk ha tratado de reducir la huella y los costes informáticos de la empresa.

La empresa ha cerrado uno de los tres centros de datos de Twitter en EE.UU. y, al parecer, ha abandonado otro (Tesla, la otra empresa de Musk, ha ocupado el espacio desocupado en al menos uno de los centros), ha recortado la capacidad de los servidores y ha despedido a trabajadores de TI y software que mantenían el servicio en línea.

Twitter ha sufrido varias interrupciones importantes desde que Musk asumió el control.

En marzo, Twitter inició un juego similar con Amazon Web Services, negándose a pagar sus facturas de AWS durante meses. En represalia, AWS se negó a pagar por la publicidad que ejecuta en la plataforma social, lo que llevó a Twitter a pagar al menos parte de lo que se le debía. Twitter era cliente de AWS desde al menos 2020.

Según los informes, en el momento del conflicto con AWS, Twitter estaba al día en sus pagos de GCP.