HPE Aruba Networking ha identificado las principales tendencias que marcarán el rumbo de las redes empresariales en 2025. Desde la expansión de tecnologías como SD-WAN y SASE hasta la creciente influencia de la inteligencia artificial en la gestión de infraestructuras, las empresas enfrentan un panorama de desafíos y oportunidades en un entorno cada vez más digitalizado.

José Tormo, director de HPE Aruba Networking para el sur de Europa, destaca que "2025 será un año crucial para la evolución de las redes corporativas, donde tecnologías como SD-WAN, SASE y la inteligencia artificial redefinirán la manera en que las empresas construyen, gestionan y protegen sus infraestructuras frente a un entorno de ciberamenazas en constante cambio".

SD-WAN y SASE: pilares del futuro de las redes

La tecnología SD-WAN continuará su expansión, impulsada por la necesidad de reducir costos operativos y mejorar la flexibilidad de manera segura y escalable. Esta solución, que utiliza LTE/5G y banda ancha para disminuir la dependencia de protocolos como MPLS, permite una conectividad más ágil.

Paralelamente, SASE se consolida como una arquitectura clave para las redes modernas. Al integrar redes y seguridad en un modelo nativo de la nube, esta tecnología simplifica la gestión de infraestructuras y asegura la aplicación de políticas consistentes para usuarios, aplicaciones y dispositivos, sin importar su ubicación. Además de fortalecer la seguridad y optimizar los entornos de trabajo híbridos, SASE mejora la experiencia del usuario.

Microsegmentación: una respuesta frente a las ciberamenazas

En un contexto de ataques informáticos en aumento, la microsegmentación emerge como una estrategia esencial. Esta técnica divide las redes en segmentos más pequeños, lo que dificulta el movimiento lateral de los atacantes dentro de las infraestructuras. Además, permite establecer políticas de acceso más detalladas y controlar estrictamente el tráfico entre segmentos.

Las organizaciones que adopten esta práctica podrán cumplir con estándares internacionales de ciberseguridad, como la directiva NIS2 de la Unión Europea. “La microsegmentación no solo refuerza la seguridad, sino que ofrece un control más preciso del tráfico y protege datos críticos de manera eficaz”, señala Tormo.

Integración de redes y seguridad: hacia una gestión unificada

El enfoque tradicional de separar la gestión de redes y seguridad está dando paso a una consolidación que permite una supervisión más coherente. Gestionar ambos elementos de forma conjunta optimiza el uso de datos procedentes de distintas fuentes y facilita una visión integral de la infraestructura. Esto permite una respuesta más efectiva ante posibles incidentes y mejora la consistencia en el manejo del entorno.

La inteligencia artificial, clave para la gestión de redes

El creciente volumen de dispositivos conectados y datos transmitidos hace inviable la gestión manual de redes. En este escenario, la inteligencia artificial (IA) se convierte en un aliado indispensable para automatizar procesos, analizar datos en tiempo real y liberar recursos humanos para tareas estratégicas.

“La IA no solo simplifica la operación de redes, sino que permite a los equipos de TI enfocarse en actividades que generen mayor valor para el negocio”, afirma Tormo.

Infraestructuras más robustas para soportar la IA

El auge de la inteligencia artificial también exige redes más rápidas y resistentes. Según Dell’Oro, el tráfico de red asociado a cargas de trabajo de IA se multiplicará por diez cada dos años, demandando dispositivos con capacidades de hasta 800 Gb.

“El éxito de la inteligencia artificial no depende únicamente de datos de calidad y capacidades de procesamiento, sino también de redes capaces de gestionar grandes volúmenes de información de manera eficiente”, concluye Tormo.