España pasará de una demanda de 1.589 exabytes en 2024 a 3.028 en 2028, lo que representa un crecimiento anual sostenido de entorno al 20% durante los próximos 4 años. Así lo reflejan las cifras presentadas hoy por Spain DC de su último informe sobre la Demanda e Impacto de los Data Centers en España, elaborado en colaboración con Accenture. Según este estudio, la demanda de infraestructuras de data centers en el país crecerá un 90% hasta 2028, impulsada por la digitalización, el auge de los servicios en la nube y la adopción de nuevas tecnologías.

Este incremento estará marcado por cinco factores clave: la expansión de arquitecturas multicloud para mayor flexibilidad, la adopción masiva de inteligencia artificial y análisis de datos, el crecimiento acelerado del Internet de las Cosas (IoT), la llegada del 5G con velocidades ultra rápidas y la necesidad del edge computing para garantizar baja latencia.

El sector que lidera la demanda de servicios digitales alojados en centros de datos en España es el de comunicaciones, medios y tecnologías, impulsado por el crecimiento del cloud computing, la inteligencia artificial, el entretenimiento digital y las redes sociales. Le siguen de cerca la Administración Pública, con la digitalización de servicios y la gestión de datos urbanos, y el sector financiero, donde el blockchain y la digitalización bancaria requieren infraestructuras tecnológicas avanzadas. En conjunto, estos tres sectores representan más del 50% de la demanda total.

A mayor distancia, también destacan sectores como el comercio minorista, que emplea el análisis de datos para mejorar la experiencia del cliente y optimizar inventarios, así como la salud, la educación, la manufactura y la energía, que están adoptando nuevas tecnologías para mejorar su eficiencia.

La creciente demanda de estos servicios refuerza la necesidad de contar con infraestructuras digitales cercanas, eficientes y seguras, capaces de reducir la latencia, optimizar operaciones y cumplir con las normativas de soberanía digital. En este sentido, el informe identifica al menos 30 casos de uso críticos que requieren que la infraestructura se ubique dentro de España, como la cirugía robótica remota, la gestión de datos de ciudadanía o el control de infraestructuras clave en el transporte.

A pesar de las expectativas de crecimiento, España ha perdido peso en el mercado europeo de centros de datos. En 2018, representaba el 4,3% del volumen total de datos en el continente, pero el crecimiento entre 2018 y 2023 no ha sido suficiente para mantener esa participación. Con una tasa de crecimiento anual del 20,3% en este periodo, España ha quedado por detrás del promedio europeo, lo que refleja un avance insuficiente para consolidar su posición en el mercado digital del continente.

Para cerrar esta brecha, España debería aumentar su crecimiento anual en volumen de datos al 22,5% hasta 2028, lo que implicaría un aumento del 2,2% sobre el ritmo actual. Este ajuste permitiría mantener una presencia competitiva en el ecosistema digital europeo.

Para alcanzar este objetivo, el país deberá apostar por una mayor inversión en infraestructuras digitales, la adopción acelerada de tecnologías emergentes y el refuerzo de las redes de distribución eléctrica. Un crecimiento más rápido no solo permitiría recuperar el nivel de 2018, sino que también facilitaría la adaptación a las demandas del mercado global y garantizaría la competitividad de España en un entorno digital en constante evolución.

Robert Assink, vicepresidente de Spain DC, subraya: “El desarrollo de centros de datos en España no es solo una cuestión de infraestructura, sino una apuesta por el futuro. Estas instalaciones son clave para cerrar la brecha con Europa, mantener la competitividad de nuestras empresas y posicionar a España como un referente en la economía digital global. Si no fortalecemos nuestra infraestructura digital, corremos el riesgo de quedarnos atrás en un mundo donde la capacidad de procesar y distribuir información es cada vez más determinante”.

Pese a estos desafíos, España cuenta con una oportunidad única. Los principales mercados europeos de centros de datos (Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París y Dublín – FLAPD) están experimentando una desaceleración debido a restricciones económicas y energéticas, lo que está llevando a los inversores a fijarse en mercados emergentes como el español.

Manuel López Ordoñez, managing director y responsable de Cloud e Infraestructura en Accenture España, destaca: “España tiene el potencial de convertirse en un actor clave en el desarrollo de centros de datos. Factores como el bajo coste del suelo, la competitividad en los precios de la energía renovable, una sólida red de fibra óptica y su ubicación estratégica juegan a su favor. No obstante, para que esta oportunidad se traduzca en crecimiento real, es crucial que empresas e instituciones adopten rápidamente estas tecnologías y que se establezca un marco regulatorio que agilice el desarrollo de nuevos proyectos y la formación de talento digital”.

El estudio concluye resaltando los beneficios de invertir en infraestructuras digitales, desde el impacto económico y la generación de empleo tecnológico hasta la atracción de inversión extranjera, el impulso a la innovación y la consolidación de la soberanía digital del país.