Las infraestructuras tecnológicas avanzan a ritmos agigantados. Empresas y organizaciones de todos los sectores corren con la presión de seguir la demanda sin quedarse atrás. La industria de los centros de datos es un claro ejemplo, ya que, si el sector no logra ajustarse a las actualizaciones y constantes evoluciones, sus sistemas podrían quedar obsoletos.

Para poder llegar a estos objetivos, en Eaton hemos desarrollado un nuevo concepto, “The Power of Six”. Se trata de seis principios diseñados para guiar a las empresas hacia el desarrollo de los centros de datos y otras infraestructuras tecnológicas de manera mucho más eficiente, siendo de vital importancia incluir una capa digital en todo el proceso que ayude a gestionar los ecosistemas complejos de TI y OT, y proporcione una visión completa de los sistemas.

  1. Diseño de componentes críticos del sistema eléctrico. Este primer principio se centra en la comprensión de las características, comportamientos e impactos de los componentes críticos dentro de los sistemas de energía. Cada componente debe ser analizado y optimizado para asegurar su correcta integración, lo que ayuda a mejorar la eficiencia energética y minimizar los riesgos. A través de un enfoque digital, que incluye software especializado, es posible prever futuros fallos, maximizar el rendimiento y utilizar recursos de manera más eficiente. Además, al analizar los datos durante la fase operativa, podríamos identificar áreas de mejora y anticipar problemas antes de que afecten al rendimiento del sistema.
  2. Gestión de activos y supervisión basada en el estado. Este principio destaca la idea de añadir una capa digital al sistema de gestión de energía. Al incorporar herramientas como inteligencia artificial y machine learning, se facilita la monitorización continua de los activos, permitiendo un mantenimiento proactivo que alarga la vida útil de los equipos. La supervisión y el mantenimiento continuo del estado de los componentes permite a su vez identificar fallos potenciales y perfeccionar el rendimiento, logrando un uso más eficiente de los recursos. Incluso se puede realizar un seguimiento de la eficiencia energética mediante la supervisión del consumo y la optimización del uso y rendimiento de todo el sistema.
  3. Diseño del sistema integrado. Más allá de ver el sistema como una suma de bloques funcionales, este principio promueve una visión integrada, que considera las interdependencias entre los componentes. Los componentes correctamente integrados minimizan el derroche de energía, y garantizan el uso eficiente de cargas de alta potencia, como la refrigeración. Con un sistema integrado y bien diseñado, se reducen los fallos de los componentes, se optimiza su uso y se prolonga su vida útil, contribuyendo así a los objetivos operativos y de sostenibilidad. Además, la mejora de la comunicación y la interconexión entre los componentes del sistema puede contribuir a reducir la latencia de los datos suministrados para mantener el rendimiento.
  4. Eficiencia energética. Este principio sugiere considerar las opciones de eficiencia energética desde las primeras fases del diseño, seleccionando los equipos adecuados para reducir las pérdidas en la distribución de energía. Sumado a esto, al incorporar una plataforma de software digital, se puede supervisar y gestionar la eficiencia energética a través del machine learning y la IA para comprender mejor en qué punto de la distribución de energía pueden producirse pérdidas y cómo pueden evitarse, lo que permite tomar decisiones informadas. Unido a otras medidas como la optimización de la longitud de los cables y el uso de transformadores con bajas pérdidas de potencia, todas estas soluciones permiten el ahorro de energía.
  5. Integración con energías renovables. Las fuentes de energía renovables son cada vez más importantes en el ecosistema energético. Por eso, es esencial comprender el impacto de la integración de las renovables y las fuentes de energía alternativas en el rendimiento del sistema y la calidad de la energía. Si se hace correctamente, puede ayudar a proporcionar una energía resistente y fiable, reduciendo así la probabilidad de cortes. Este principio destaca la necesidad de monitorear y gestionar estas fuentes de energía mediante una capa digital, permitiendo, por un lado, comprender más adecuadamente la combinación de generación renovable tanto interna como externa, y por otro lado, supervisar la energía consumida y su origen.
  6. Diseño flexible y dinámico. El último principio se enfoca en la flexibilidad y adaptabilidad del diseño del sistema. A medida que las demandas tecnológicas cambian, es fundamental contar con un diseño que permita ajustarse a nuevas necesidades y tecnologías emergentes como puede ser la inteligencia artificial. La integración de una plataforma de software digital, por ejemplo, ayudaría a identificar los cambios necesarios en un diseño y la mejor manera de realizar las adaptaciones, a la vez que se comprende su impacto y se mejora la flexibilidad.

En definitiva, el futuro de las infraestructuras tecnológicas está en los centros de datos conscientes y optimizados. Para alcanzar este objetivo, será necesario cambiar hacia un diseño basado en sistemas, como las plataformas de software digitales integradas. En Eaton, contamos con nuestra plataforma Brightlayer Data Center, que unifica la gestión de activos, las métricas de calidad de energía y otras capacidades únicas en una sola aplicación nativa que permite maximizar el rendimiento y alcanzar los objetivos de sostenibilidad.