El mundo es cada día más digital. El auge de los chatbots con IA, las instalaciones de fabricación inteligentes y las herramientas de análisis de datos son prueba de ello. Pero este crecimiento va acompañado de la necesidad de ampliar la infraestructura de los centros de datos. A pesar de su papel indispensable en la economía digital, son notorios consumidores de energía.

Por tanto, reducir los costes de energía y refrigeración no es sólo una cuestión de sostenibilidad medioambiental, sino también un factor clave para recortar gastos y mejorar resultados. Los datos de Gartner muestran que el 40% de la electricidad gastada en un centro de datos se destina a alimentar los servidores y el 39% a refrigeración.

Reducir el PUE (Power Usage Effectiveness) en las instalaciones garantiza que los requisitos de rendimiento sean compatibles con las opciones de hardware, evitando así malgastar energía en componentes innecesarios. También es posible hacer más eficiente la instalación utilizando pintura de protección contra la intemperie, métodos de aislamiento ecológicos y organizando los centros de datos de forma que se eviten los puntos calientes difíciles de refrigerar.

Como hemos visto, la refrigeración es uno de los factores que más energía consumen. Para compensar este gasto, muchas empresas recurren a sistemas de refrigeración inteligentes. Uno de estos métodos utiliza aire o agua del entorno exterior para refrigerar el centro de datos, reduciendo drásticamente la necesidad de aire acondicionado.

Las estrategias de contención de pasillos calientes y fríos también pueden reducir el consumo de energía. Al separar el escape de aire caliente del suministro de aire frío, es posible maximizar la eficiencia del sistema. Además, las soluciones de refrigeración líquida, que utilizan fluido dieléctrico para absorber el calor de los servidores, pueden proporcionar una capacidad superior y ahorrar costes en comparación con el modelo tradicional de aire.

Una forma de reducir el consumo de energía es la virtualización. La implantación de un centro de datos definido por software puede reducir el consumo de energía de una empresa al permitir que los servidores y otros equipos funcionen a niveles de potencia reducidos o se apaguen.

Otra solución a los costes de uso de servidores es el diseño modular. Las estructuras vienen en módulos prediseñados y se añaden, integran o eliminan fácilmente según las necesidades de la empresa.

Construir centros de datos modulares permite aumentar o reducir fácilmente los recursos y mejorar la eficiencia energética reduciendo el sobreaprovisionamiento de hardware.

Maximizar la eficiencia de los centros de datos es un reto que requiere atención continua. Sin embargo, combinando estas estrategias y centrándose en la mejora continua, es posible reducir drásticamente los costes energéticos y de refrigeración, generando mayor rentabilidad y sostenibilidad.


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