Por Alex Galbraith, CTO de Servicios en la Nube en SoftwareOne


Trabajar con datos puede ser una bendición y una maldición. Si bien es el factor definitivo que potencia los esfuerzos de transformación digital, ayuda a la toma de decisiones y almacena los activos más valiosos y confidenciales de una organización, lidiar con los datos suele ser el mayor desafío de una empresa. A medida que aumenta la dependencia mundial de los datos y aumenta la amenaza de los ciberataques, las empresas necesitan soluciones que administren, controlen y protejan sus datos de manera más eficiente. Aquí es donde entra en juego la soberanía digital.

La soberanía digital ayuda a las personas, las empresas y los países a mantener el control de sus activos y datos digitales. Va más allá de la propiedad de los datos: significa tener autoridad total sobre todo, desde dónde y cómo se almacenan y procesan los datos hasta fomentar la independencia en el desarrollo tecnológico y hacer cumplir las leyes y regulaciones locales. En última instancia, ofrece a las empresas un mayor control, seguridad e independencia de sus datos.

La localización de datos, es decir, la restricción de datos sensibles o importantes dentro de las fronteras nacionales, se ha más que duplicado en los últimos cuatro años y ha hecho que su manejo sea cada vez más complicado.

La localización de datos crea barreras a la innovación y al flujo continuo de datos, factores cruciales para impulsar la soberanía digital. Normas como el RGPD, la DORA en la UE y la HIPAA en los EE. UU. son ejemplos claros de casos en los que las organizaciones deben cumplir, o se arriesgan a recibir grandes multas y a sufrir daños a su reputación si no cumplen con las normas.

¿Por qué vale la pena invertir en soberanía digital?

La soberanía digital brinda a las organizaciones un mayor control sobre los datos y las mantiene en cumplimiento frente a las cambiantes regulaciones de localización de datos. Al mantener el control sobre el procesamiento y el almacenamiento de datos dentro de su área geográfica, las empresas pueden reducir el riesgo de acceso no autorizado a información confidencial, lo que mejora la gestión de la ciberseguridad.

La soberanía digital también implica independencia y resiliencia en materia de infraestructura. Al reducir la dependencia de tecnologías y servicios importados, las empresas pueden mantener operaciones críticas incluso cuando las cadenas de suministro o los servicios internacionales se ven comprometidos. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, las organizaciones con mayor soberanía digital pudieron adaptarse rápidamente.

Además, las organizaciones con una fuerte soberanía digital pueden competir en el mercado global, ya que pueden desarrollar e implementar soluciones digitales más rápidamente sin verse obstaculizadas por la dependencia de las cadenas de suministro globales.

Creación de un plan de acción para la soberanía digital

Los beneficios son claros: cualquier organización que utilice o conserve datos necesita un plan de soberanía digital para cumplir con las regulaciones y proteger sus activos digitales, así como para aprovechar las nuevas oportunidades que estas generan. Este plan de acción debe constar de cuatro pilares.

  1. Regulación y cumplimiento: Las empresas deben identificar a los defensores de la soberanía digital en la empresa para mantenerse al tanto de las regulaciones en evolución y realizar auditorías de cumplimiento periódicas para mantenerse al día con los últimos desarrollos y legislaciones.
  2. Gobernanza de datos: Las empresas deben implementar medidas sólidas de protección de datos para fortalecer las defensas y evitar que los datos caigan en manos equivocadas.
  3. Infraestructura digital: las organizaciones deben desarrollar una infraestructura digital sólida, segura y que cumpla con las normas para protegerse contra ciberataques y violaciones de datos cada vez más sofisticados. Estas soluciones deben diseñarse con resiliencia como eje central, con planes claros de infraestructura de recuperación ante desastres. Dependiendo de la naturaleza de sus huellas regulatorias, sería prudente que las empresas consideren soluciones de nube soberana en su plan de acción.
  4. Innovación y espíritu competitivo: equilibrar la inversión en activos digitales con la inversión en talento, investigación y desarrollo es clave para desbloquear la innovación.

Cómo equilibrar los desafíos de la soberanía digital con las oportunidades futuras

Si bien un plan de soberanía digital suena muy bien en teoría, todavía hay tres obstáculos importantes que las empresas deben superar.

En primer lugar, abordar cuestiones regulatorias y de gobernanza. Las organizaciones tienen que cumplir con marcos regulatorios cambiantes y a menudo contradictorios, al tiempo que permiten la innovación. Este panorama regulatorio es particularmente complejo en la UE, donde el RGPD y la DORA son los líderes. Los líderes deben tener en cuenta la regulación y garantizar el cumplimiento en cada etapa de su recorrido digital.

A continuación, está el obstáculo técnico de construir una infraestructura digital y al mismo tiempo garantizar medidas de seguridad sólidas. Esto requiere una experiencia considerable para poner la infraestructura a punto y cumplir con las regulaciones. Con grandes actores como Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud Platforms convirtiéndose rápidamente en algo común, trabajar con socios tecnológicos que se especialicen en soberanía digital será clave para mantener la seguridad de los datos.

Por último, la soberanía de los datos supone un desafío económico, que incluye el alto coste de desarrollar tecnologías nacionales, la posible pérdida de economías de escala al dejar de lado a los proveedores globales y los costes de mantenimiento. Desarrollar una estrategia de soberanía de los datos interna puede resultar más caro que recurrir a expertos del sector.

Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, los beneficios de la soberanía digital valen la inversión. El mayor control, la seguridad y la independencia superan las dificultades y el éxito suele venir de la mano de asociaciones estratégicas y soluciones innovadoras de problemas. Elegir a los socios adecuados que ofrezcan servicios integrales de soberanía digital y que tengan presencia global con experiencia local es fundamental para sacar el máximo partido a su inversión digital.

Al adoptar la soberanía digital, las organizaciones pueden protegerse de los riesgos cibernéticos, mejorar su ciberseguridad y ganar independencia y ventaja competitiva. A medida que las empresas intensifican sus esfuerzos de transformación digital, un plan claro para la soberanía digital resultará vital para cumplir con las regulaciones y proteger sus activos más valiosos.