La disminución del coste de las telecomunicaciones junto con la expansión de Internet durante la primera década del presente siglo impulsó la creación de Centros de Datos compartidos donde los denominados proveedores de servicios de Hosting alojan y gestionan los sistemas informáticos de las empresas clientes.

La reciente expansión de la oferta de servicios de Cloud Pública ha significado una nueva transformación en las infraestructuras de Centros de Datos. Los gigantes del mundo Cloud (Amazon, Microsoft, Google…) prestan los servicios y aplicaciones en la nube a través de enormes plataformas (típicamente varios cientos de racks por nodo Cloud) instaladas en centros de datos de nueva generación con decenas de MW de potencia. Estos “hiperescalares” están cambiando el paradigma de prestación de servicios TI, ofreciendo a las empresas la posibilidad de no ampliar sus infraestructuras de TI interna sino utilizar los servicios y aplicaciones de las plataformas Cloud más flexibles y económicas.

Empujados por las exigencias de la normativa europea sobre tratamiento y protección de datos, los hiperescalares desplegaron algunos nodos en Europa en Dublín, Londres y Ámsterdam para dar servicio a todos los estados miembros de la Unión Europea desde unas pocas ubicaciones.

A medida que el consumo de servicios en la nube aumenta, se requiere aumentar el número de nodos y acercarlos geográficamente a los usuarios. Ya estamos en una segunda oleada de construcción de Data Centers de hiperescalares en Europa con despliegues en Francia y Alemania fundamentalmente. Pero esto no es suficiente, hay que ampliar a nuevas geografías y, en particular, hay que dar cobertura al sur de Europa.

En este sentido, Madrid está dando los pasos para convertirse en el Hub digital del sur de Europa. Esto implica atraer a todos los actores de la cadena de valor de la economía digital, construyendo un ecosistema que incluya las infraestructuras necesarias, tanto de telecomunicaciones como de centros de datos, el hardware y software de base sobre el que se implantan los nuevos servicios, vinculados a tecnología alrededor de Cloud, IoT, 5G, inteligencia artificial, entre otras. Este ecosistema provoca un efecto llamada que genera empleo, crecimiento económico, inversión, innovación y un mayor abanico de servicios digitales para la región.

En este contexto, los data centers juegan un papel fundamental, al ser el primer eslabón de la cadena de valor de este círculo virtuoso. Estos centros son el punto de encuentro para hiperescalares, integradores de sistemas, empresas y proveedores de red. En definitiva, la base sobre la que se sustenta toda la economía digital.

España tiene una posición geográfica estratégica, al contar con cables submarinos que llegan a nuestras costas y permiten conectar distintos continentes (América del Norte y del Sur, África, Oriente Medio…) a través de estas infraestructuras. Además, el excelente desarrollo de fibra óptica instalada en España ayuda a optimizar la hiperconexión. Pero sin duda, ha sido el éxito de Madrid en atraer a los grandes proveedores de nube pública lo que ha disparado la demanda de los servicios de colocation en cantidades muy relevantes e impulsa la inversión.

La demanda de servicios de data center va en aumento. De acuerdo con el informe The Data Centre Report EMEA del tercer trimestre de 2020, de Knight Frank, entre los principales operadores de Data Center del país, atesoramos 139 MW de potencia TI y contamos con capacidad para duplicarla a medio plazo. Esta energía se encuentra ya disponible o en construcción, por ejemplo, Nabiax duplicará su capacidad en 2021 en su centro de Alcalá de Henares, ofreciendo más de 20 MW, alcanzando 100 MW en el medio plazo. Como ha certificado dicho informe, España es el país con mayor crecimiento de Europa en lo que a centros de datos se refiere, ya que el sector tiene planeados 144 MW nuevos, con lo que alcanzaría un total de 283 MW. Según Knight Frank, este incremento exponencial de la potencia se debe a las previsiones de apertura de nuevas regiones de nube en el país.

Por otro lado, el sector tiene capacidad para atraer grandes inversiones directas en infraestructuras de data center en los próximos cinco años, que se estiman alrededor de 3.000 millones euros. Estas inversiones generan empleo de calidad, que se estima en 2.000 empleos directos y una contribución destacable al PIB regional.

Por todo esto, nos encontramos ante una excelente oportunidad, que se debe aprovechar. Desde luego, hay retos por delante, como garantizar la disponibilidad de suelo y energía para poder asumir toda esta nueva demanda. Pero no nos cabe duda de que estos retos serán superados, principalmente mediante una colaboración público-privada proactiva que permita hacer realidad el concepto de Madrid Hub Digital.


Por Emilio Díaz, CEO de Nabiax