En 2050, el 70% de las personas vivirán en ciudades, según las previsiones de Naciones Unidas. Ante una sociedad cada vez más digitalizada y dependiente de la tecnología, se abre paso una cuestión fundamental, ¿cómo es posible alcanzar el equilibrio perfecto entre oferta y demanda energética y tecnológica y dar lugar, al mismo tiempo, a una red de energía que impulse la creciente infraestructura digital en las ciudades?

La energía inteligente o smart grid, que se deriva principalmente de la interconexión, el almacenamiento y la flexibilidad de la demanda, va a jugar un papel crucial a la hora de permitir un suministro de energía fiable a futuras generaciones que van a habitar núcleos urbanos cada vez más inteligentes. Sin embargo, ¿cuál es el camino a seguir para que la energía inteligente se convierta en una realidad asentada? La clave está en una red mejor administrada y más efectiva, y, por encima todo, en los centros de datos.

Eaton explica a continuación por qué los centros de datos van a jugar un papel determinante a la hora de gestionar la energía en el contexto de una infraestructura de ciudad cada vez más inteligente.

 

El papel del centro de datos en la administración de energía

Internet supone en torno a la décima parte del consumo directo de electricidad en todo el planeta, según Jonathan Koomey, investigador de la Universidad de Stanford. Por otro lado, un estudio de la Universidad Northwestern señala a los grandes centros de datos como responsables del 3 % de la energía consumida en todo el planeta.  

En la actualidad está teniendo lugar una transición hacia una economía baja en carbono que exige un uso cada vez mayor de energías renovables. A este respecto, existe cierta dificultad a la hora de almacenar la energía derivada de estas fuentes como pueden ser la energía solar o la eólica y resulta todavía complicado equilibrar la oferta y la demanda de energía. En este sentido, si toda la energía que se almacena en un centro de datos fuera gestionada de forma inteligente e impulsada por una red que distribuyera su flujo de una forma más apropiada, se lograría un suministro estable que contribuiría, entre otros, a reducir el alto coste que implica el consumo energético de un data center.  

 

Los centros de datos como activo esencial en las ciudades del futuro

En un futuro no muy lejano, las ciudades inteligentes van a requerir mucha más energía a medida que los sistemas digitales estén más conectados e influyan en todos los aspectos de la vida de los ciudadanos. Así, esta transición a una sociedad urbana inteligente va a traer consigo un enorme aumento de la cantidad de datos que se transmiten entre dispositivos.

En paralelo a este consumo de datos, los centros de datos, imprescindibles para manejar toda esta información, van a dejar de funcionar como una opción de suministro de energía para pasar a ser activos de almacenamiento de energía vitales.

Javier Martínez, sales application engineer en Eaton, comenta: “Del almacenamiento de energía depende que las ciudades inteligentes sigan siendo un concepto puramente hipotético. Los grandes centros de datos y su capacidad de almacenamiento tienen el potencial para gestionar la creciente oferta y demanda energética impulsada por los sistemas digitales”.