Actualmente, nos encontramos inmersos en un proceso de aumento de la densidad de potencia de los racks derivado de la evolución de campos como la inteligencia artificial (IA) o la computación de alto rendimiento (HCP), lo que conlleva directamente un aumento del consumo de energía para la refrigeración de las salas IT.

Estas nuevas necesidades suponen un gran reto para los centros de procesamiento de datos existentes, que no están capacitados para poder soportar estos umbrales de densidad de potencia, lo que se traduce en un aumento del consumo energético y de la huella de carbono. En este ámbito, ya se están llevando a cabo soluciones de infraestructura adaptables a variaciones en la densidad de potencia para los nuevos centros de datos.

Desde el punto de vista de un fabricante de tuberías plásticas, como es Italsan, puede contribuir con su expertise a mitigar o combatir esta situación. La prefabricación de módulos o construcción modular aporta una serie de ventajas tanto en la fase de diseño como en la de operación. Es sumamente importante conocer en la etapa inicial de un proyecto el impacto que va a tener la tipología de construcción y materiales seleccionados en todo el proceso de diseño y operación del Data Center.

El modelo de construcción modular aplicado al ámbito de las tuberías destinadas a la refrigeración de las salas IT implica un conjunto de beneficios.

En primera instancia, el ahorro de material utilizado a través de la mejor eficiencia del proceso de fabricación de los diferentes módulos y la optimización de recursos para dicha fabricación, rebajando así, de forma directa, la huella de carbono. Se reducen los márgenes de error y sus sobrecostes asociados a replanteos en obra, disminuyendo la generación de residuos y su posterior gestión.

Por otro lado, aporta una mayor flexibilidad y adaptación a los requerimientos de diseño, ofreciendo soluciones de máxima calidad en fases iniciales de proyecto.

Además, la utilización de materiales como el Polipropileno (PP-RCT) para la fabricación de estos módulos proporciona diversas ventajas, en contraposición a la utilización de otros materiales tradicionales, como es en el ámbito de la sostenibilidad y la reciclabilidad de los materiales empleados en la construcción de los Data Centers. Las bondades técnicas del Sistema NIRON le han permitido estar presente en cuantiosos proyectos de edificación nueva y de rehabilitación, aportando valor a reconocidos sellos de acreditaciones medioambientales. La consecución de este objetivo ha sido posible tras el desarrollo de cinco aspectos clave, como son la reducción del consumo de energía, la reducción del consumo de agua, el beneficio económico, la gestión eficaz de los residuos y la gestión medioambiental.

No son menos importantes los beneficios en la fase de operación, donde, gracias a la prefabricación de los módulos, se reducen de forma notoria los tiempos de montaje de la instalación mediante el ensamblaje de los módulos, garantizando así la operatividad. También es necesario destacar la ligereza del material frente a otros tradicionales, que repercute en el manejo del producto en obra. Además, gracias a los métodos de unión mecánica que se usan en ellos, se reducen posibles errores de operación en soldadura.

El proceso de prefabricación implica métodos de control en soldadura, test o ensayos sobre los módulos para asegurar la máxima calidad en el producto final, antes de que llegue al centro de datos, disminuyendo el riesgo de disponer de puntos de fallo en el sistema de tuberías. Es importante destacar el corto espacio de tiempo en el que la temperatura de la sala IT alcanzaría niveles fuera de rango de operación o niveles críticos de operación en caso de fallo del sistema de refrigeración, tanto en producción como en distribución, todo ello dependiendo de la densidad de potencia presente en la sala y la solución de refrigeración planteada por la ingeniería.

Además, la implementación de un material como el PP-RCT en la prefabricación de módulos ofrece ventajas en otros ámbitos, como el de la eficiencia energética, gracias a su baja conductividad térmica o a su escasa rugosidad interna, lo cual conlleva una reducción en las pérdidas de carga y, consecuentemente, una disminución en el consumo de los grupos de presión. También se subsana otro de los problemas típicos observados en este tipo de instalación, el relacionado con la corrosión que padecen los materiales de origen metálico, siendo el PP-RCT una alternativa ideal. Por la naturaleza del material, los polímeros son totalmente inmunes al proceso de degradación, de manera que no se ve comprometida por este factor ni la vida útil de la instalación ni el consumo de energía derivado del incremento de turbulencias del fluido que puede generar la corrosión en el tramado de las tuberías.

Realizar un trabajo de ingeniería en la etapa de diseño con la prefabricación de módulos en un material adecuado a la tipología de instalación aporta beneficios en la consecución del proyecto durante todas las fases, que engloba la construcción y operabilidad de un Data Center.

En definitiva, se consigue obtener una capacidad de amoldarse a los requerimientos de refrigeración establecidos, reduciendo el impacto ambiental, la huella de carbono y optimizando el uso de la energía para la refrigeración de las salas IT.