Llevamos años hablando de la transformación digital. En muchos aspectos, podemos verla en nuestra vida diaria; no sólo en lo que ya está aquí con nosotros como las redes sociales, sino también como uno de los cambios tecnológicos más paradigmáticos en nuestras sociedades en el futuro próximo. Todo el mundo habla de los efectos dramáticos que seguirá teniendo en nuestras vidas, en nuestro trabajo, en nuestro transporte, en nuestra salud. En la paz y en la guerra. En la economía y en nuestros hogares. Impulsando cambios que afectarán a nuestras sociedades y las cambiarán para siempre.

Aunque tendemos a declarar cambios "paradigmáticos" casi todos los años, hasta el punto de que la palabra casi ha perdido su sentido, la transformación digital es efectivamente un cambio paradigmático. Afecta a nuestra comprensión de la realidad en casi todos los aspectos, añadiendo niveles de conocimiento que hace unas décadas eran impensables, hasta el punto de que mucha gente estaría de acuerdo en que se trata de la "verdadera revolución informática". "¿Aún no lo he mencionado?” Sí, está basada en las tecnologías de la información.

En la teoría clásica de la información, los datos se convierten en información si y sólo si un mensaje es pertinente, está completo y genera un cambio de estado en el receptor. Si no lo hace, es ruido. La transformación digital está directamente relacionada con esta teoría en varios aspectos.

En primer lugar, los datos: estamos aumentando nuestra capacidad de reunir, comunicar, ordenar, almacenar, analizar y manipular datos a velocidades asombrosas; yo empecé a programar hace 40 años con un ordenador que tenía 1 K de RAM. Tenemos y seguimos mejorando las tecnologías que nos permiten obtener datos sobre la realidad que cambian nuestra percepción de esta. Si no le sorprende la precisión de las previsiones meteorológicas en comparación con las de hace 40 años, probablemente sea porque no ha nacido en el siglo XX.

En segundo lugar, la pertinencia: como ahora podemos "extraer" datos de muchas fuentes nuevas, hemos aumentado los niveles de pertinencia de los datos en varios órdenes de magnitud. Mientras que antes teníamos que aceptar que la pertinencia de nuestros datos era limitada debido al número limitado de fuentes a las que podíamos acceder, hoy la situación ha cambiado por completo. No sólo disponemos de más y mejores fuentes de datos, sino que ahora podemos verificar su pertinencia de forma rápida y eficaz. Al aumentar la pertinencia nos acercamos a tener información. Pero todavía no.

En tercer lugar, la exhaustividad: esto puede parecer paradójico. ¿Cómo podemos conseguir la integridad de los datos cuando seguimos añadiendo capa tras capa de complejidad a nuestra comprensión de la realidad? Pues bien, esto es sencillo: la exhaustividad de los datos en la Teoría de la Información significa únicamente que los datos son suficientes para generar un cambio de estado; un sensor de temperatura sólo necesita enviar datos de temperatura a alguien para que los datos puedan generar un cambio y convertirse en información.

Esta es la pieza crítica: los datos son información SÓLO si generan un cambio de estado. Si no lo hace, entonces es RUIDO. Este es un aspecto -quizás el más fundamental- de la transformación digital que todo el mundo debería conocer y que continuamente se pasa por alto. Puedes tener pocos datos o toneladas de ellos; si no cambian el estado del receptor, entonces es sólo un montón de ruido. Y el valor intrínseco del ruido es... sí, lo tienes. Nulo. No importa realmente si has gastado millones y millones para obtener datos. Si pierdes el objetivo de todo el ejercicio -un cambio de estado- entonces los resultados no tendrán ningún valor.

En los modernos centros de datos y salas técnicas, las complejidades de la explotación y la gestión no pasan desapercibidas para nadie. Debido a la complejidad multifacética de los elementos implicados, y de sus interrelaciones, y al desafío crítico de asegurarse de que la infraestructura no falle bajo ninguna circunstancia que no sea un evento cósmico, es obvio que la información es clave. No sólo datos, sino datos que sean pertinentes, completos y que cambien el estado del receptor.

Un simple ejemplo para concluir. Hace años, participé en un Centro de Datos en el que estaban cambiando el diseño de sus espacios blancos y comenzando a construir pequeñas salas con recintos para los racks con una configuración de pasillo frío/pasillo caliente. Decidieron que sus operaciones necesitaban datos para funcionar, así que en este recinto en particular añadieron sensores para poder operar el sistema de HVAC. Por desgracia, decidieron poner sólo dos sensores en un armario de 20 racks. Nunca funcionó correctamente, y el departamento de operaciones se volvió loco tratando de averiguar por qué nunca obtuvieron los resultados que esperaban. La respuesta era sencilla: los datos no estaban completos y las operaciones se basaban en… el ruido. No en la información.

Así pues, permítanme reformular el título de este artículo de opinión. La transformación digital está impulsada por la información. No sólo datos, sino datos pertinentes y completos que puedan cambiar el estado del receptor. La Transformación Digital no puede estar impulsada por el ruido. TycheTools proporciona la solución que los operadores de infraestructuras críticas necesitan para no caer en esta trampa.