Una fría mañana de lunes a mediados de diciembre, millones de usuarios de Google en los EE.UU. se despertaron con mensajes de error.

Una interrupción masiva de la red global había dejado fuera de línea a muchos de los servicios más populares del gigante tecnológico. Google Calendar, Gmail, Google Workspace, Hangouts y Google Classroom se bloquearon, dejando a los estudiantes y trabajadores remotos en apuros. Los dispositivos integrados con el Asistente de Google dejaron de funcionar. Las aplicaciones de terceros como Pokémon Go que utilizan los servicios de back-end de Google también experimentaron problemas.

La interrupción reiteró cuán fundamental se ha vuelto la red para nuestra vida diaria. Cuando un servidor falla, es como tener un músculo adolorido: incómodo, pero aún funcional. Sin embargo, cuando la red falla, es como si todo el sistema nervioso se apagara.

El día que Internet se detuvo

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– Google/DCD

Como muchos de nosotros seguimos trabajando de forma remota, estos cortes se han vuelto más frecuentes y agudos. En 2021, las tendencias de redes se fusionarán en torno a estrategias para que las organizaciones se mantengan ágiles, seguras y, lo más importante, en línea.

  • Los líderes empresariales adoptarán un enfoque centrado en el software para las nuevas implementaciones, si aún no lo han hecho. Después de la factura de electricidad, el costo operativo dominante de un centro de datos es su gestión, es decir, las personas y las soluciones de software que dan sentido a los datos. Las organizaciones que eligen primero su hardware a menudo se ven limitadas en sus opciones de software, lo que puede traducirse en una serie de costosas repercusiones operativas. En el futuro, las organizaciones, en cambio, se centrarán en qué soluciones de software tienen más sentido para sus necesidades, luego seleccionarán su hardware y centros de datos dentro y fuera de las instalaciones en consecuencia.
  • Las nubes privadas experimentarán un crecimiento enorme. A medida que el ciclo de la nube pública se acerca a su fin, las empresas están calculando los costos asociados y los riesgos de seguridad y reevaluando sus opciones. Durante un tiempo, muchas organizaciones creyeron que el mejor modelo de computación en la nube era a través de proveedores públicos como AWS, Microsoft Azure y Google Cloud. Si bien la nube pública puede ayudar a las organizaciones a evitar los costos y las complejidades de administrar su propia infraestructura de TI, la nube privada se volverá más atractiva a raíz de las preocupaciones de seguridad de la nube pública, un entorno regulatorio más estricto y costos de la nube privada drásticamente más bajos.
  • El trabajo remoto impulsará una mayor adopción de la informática de punta. A medida que la fuerza laboral dispersa aleja a los usuarios de los centros de datos centralizados, más organizaciones buscarán soluciones de Edge computing que faciliten mejor las operaciones descentralizadas. En 2018, Gartner informó que solo alrededor del 10 por ciento de los datos generados por la empresa se crearon o procesaron fuera de un centro de datos centralizado o en la nube. Pero la firma de investigación y asesoría predice que esa cifra alcanzará el 25 por ciento en 2025, y ese porcentaje podría ser aún mayor después de la transformación digital empresarial acelerada por la pandemia Covid-19. Al alejar las actividades de datos de las redes centralizadas y acercarlas a los usuarios finales, las organizaciones pueden mejorar la seguridad, la velocidad, la conectividad y la escalabilidad en varias redes domésticas.
  • Las organizaciones se volverán más estratégicas con múltiples entornos de computación en la nube. Si bien ceñirse a un único entorno de nube puede parecer la opción más simple, no es la más estratégica. Considere comprar una casa. Uno de sus principales determinantes es la cantidad de dormitorios necesarios para su familia. Pero cuando los suegros y la familia extensa lo visiten, obviamente necesitará más espacio. Aún así, no compraría una casa de siete habitaciones solo para esas visitas. En su lugar, obtendría una casa con algunas habitaciones para su familia y luego alquilaría un Airbnb o un hotel según sea necesario. El mismo concepto se aplica a la computación en nube. Las organizaciones buscarán modelos de nube híbrida que brinden una combinación de computación interna y pública para permitir una seguridad y control más estrictos para algunos datos, y escalabilidad según sea necesario. Asimismo, las empresas recurrirán a múltiples nubes públicas según el caso de uso. Las soluciones diferirán entre las organizaciones a medida que los líderes empresariales abordan cada decisión del entorno de la nube de manera más estratégica en función de sus necesidades únicas.
  • Los centros de datos se volverán más autogestionados. Las empresas aprovecharán la automatización del centro de datos y las redes basadas en intenciones (IBN) para automatizar el diseño, la construcción, la implementación y la operación de sus redes. Esto eliminará gran parte de la lucha diaria contra incendios que suelen afrontar los equipos de TI, por lo que, en su lugar, pueden centrarse en esfuerzos más estratégicos. De manera similar a cómo Uber y Lyft han automatizado todo el proceso de viaje compartido, en lugar de depender de humanos para reservar el viaje, dar instrucciones al conductor al pasajero, trazar la ruta al destino, solicitar el pago y calcular las calificaciones, las empresas usarán IBN para liberar capital humano y abordar continuamente los desafíos operativos a medida que surgen.

Mientras miramos el año que viene, animo a las organizaciones a que se tomen un momento para reflexionar sobre lo lejos que hemos llegado en tan poco tiempo. Si bien las empresas ciertamente tienen trabajo que hacer cuando se trata de fortalecer sus redes y adoptar un enfoque más estratégico de la computación en la nube, es importante reconocer todo lo que logramos en las últimas décadas y durante este año pasado sin precedentes. Y todavía hay mucho más que podemos lograr.


Por David Cheriton, fundador y director ejecutivo de Apstra