Por Lee Myall, director ejecutivo de Neos Networks


Cuando el gobierno del Reino Unido volvió a anunciar su objetivo de lograr una cobertura de banda ancha de gigabits del 85 por ciento para 2025, representó un paso atrás en su promesa de lograr una cobertura nacional.

El lento avance de la construcción los impulsó a ajustar el objetivo de cobertura mínima cuando parecía que no lo conseguirían. Pero las cosas han cambiado desde entonces. Ofcom predice que más del 97 por ciento del Reino Unido estará cubierto por banda ancha de gigabit para mayo de 2027.

Este espectacular aumento de la cobertura ha sido impulsado por los proveedores de redes alternativas (altnets) que han surgido para competir con los gigantes de la banda ancha, como Openreach. La disrupción positiva causada por las altnets ha hecho que la cobertura con capacidad de gigabit alcance el 84 por ciento, según Ofcom.

El proyecto Gigabit del gobierno del Reino Unido también ha tenido un gran impacto, poniendo a disposición parte de su fondo de 5.000 millones de libras (6.210 millones de dólares) para proveedores de servicios de todo el país. Pero no todo ha sido un camino de rosas y las altnets se enfrentan ahora a un clima de inversión más duro y a una sobreconstrucción cada vez mayor en su carrera por expandirse, al tiempo que sienten la presión de sumar más usuarios.

Cerrando la brecha digital

Las altnets ingresaron al mercado para ayudar a cerrar la brecha digital y, si bien la inversión privada puede haberlas impulsado a comenzar, algunas también se han visto impulsadas por importantes fondos públicos puestos a su disposición en la forma del Proyecto Gigabit.

Según el último recuento, se habían adjudicado 32 contratos a altnets en virtud del plan, aunque esa cifra ha aumentado desde entonces. Teniendo en cuenta que actualmente operan en el Reino Unido entre 100 y 130 altnets, es evidente que son en gran medida responsables del avance del país hacia el objetivo de cobertura del 85 por ciento.

Debido a su menor tamaño, las redes alternativas también han podido demostrar mucha más agilidad que los operadores tradicionales del sector. La llegada a zonas desatendidas y la provisión de soluciones de conectividad alternativas ha supuesto un desafío para los proveedores de servicios de Internet más grandes. Esta nueva presión ha impulsado a los proveedores tradicionales a acelerar su implementación, invertir en servicios al cliente y reducir sus precios en un intento por seguir siendo competitivos.

Al centrar sus esfuerzos en las áreas locales, las redes alternativas han podido adoptar un enfoque más comunitario, interactuando estrechamente con el gobierno local y la comunidad para recabar opiniones y adaptar soluciones de conectividad a las zonas de difícil acceso. Su enfoque comparativamente personal ha sido a menudo un factor diferenciador clave que ha ayudado a impulsar la participación y la adopción en regiones donde los ISP tradicionales también son bastante importantes.

Menos es más: cómo superar la sobreconstrucción y el clima de inversión

Lamentablemente, este "boom de las altnets" no puede continuar indefinidamente. Con más de 100 altnets operando actualmente en el Reino Unido, el mercado está alcanzando su capacidad máxima y cada vez es más difícil conseguir inversiones. El aumento de las tasas de interés ha elevado los costos de la deuda y ha dificultado mucho el acceso al capital privado.

A pesar de haber desafiado con éxito a las empresas tradicionales, las altnets siguen siendo pequeñas en comparación con los inmensos presupuestos de sus competidores. Las empresas tradicionales han respondido a la competencia, a menudo duplicando la construcción de redes en las mismas áreas en las que las altnets han invertido.

Este nivel de sobreconstrucción es insostenible, ya que las redes alternativas no pueden competir con proveedores más grandes en términos de presupuesto, recursos y escala. Openreach, por ejemplo, tiene una red de fibra óptica que ahora cubre el 46 por ciento de todas las instalaciones del Reino Unido y se espera que alcance el 76 por ciento para 2026. Dado que muchas redes alternativas se centran solo en ciertas regiones, es imposible que alguna iguale estas cifras por sí sola.

La sobreconstrucción también conlleva consecuencias medioambientales, ya que desperdicia recursos y altera innecesariamente los ecosistemas locales. Ante la creciente preocupación por esta práctica, Ofcom parece estar dispuesta a abordarla y muchos esperan una intervención regulatoria para combatirla. Las próximas reglamentaciones introducirán nuevas estrategias para garantizar una implantación sostenible que beneficie tanto a la economía como al medio ambiente.

Sin embargo, incluso cuando se completan las construcciones y se pone a disposición la fibra completa, las redes alternativas tienen dificultades para convertir la disponibilidad en clientes conectados que pagan. Una investigación de GlobalData descubrió que, a pesar de las importantes inversiones en infraestructura, muchos operadores de redes alternativas tienen dificultades para lograr rentabilidad, siendo la adquisición insuficiente de clientes un factor significativo. El último Informe Connected Nations de Ofcom respalda esto, destacando que se necesitan en promedio cuatro años para alcanzar una probabilidad del 53 por ciento de adopción de fibra completa en una propiedad.

Todos estos desafíos han alimentado la expectativa de consolidación entre las altnets, y muchos creen que es inevitable. Estos acuerdos ya han comenzado, y una de las altnets más grandes, CityFibre, ya ha llevado a cabo una serie de adquisiciones de altnets en los últimos años.

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CityFibre es una de las redes alternativas más grandes del Reino Unido – CityFibre

¿Siguiente parada? La colaboración

La consolidación puede ser un paso lógico para algunas redes alternativas más grandes, pero no es viable para todas las empresas. Muchas se resisten a la idea y buscan mantener su independencia. En este escenario, las asociaciones son otra vía viable para avanzar.

Un enfoque para facilitar la colaboración son las redes de acceso abierto (Open Access Networks, OAN), que permiten a los proveedores de servicios abrir la infraestructura de red a otros proveedores (ya sean otras redes alternativas o proveedores tradicionales), lo que permite que varios proveedores presten servicios desde los mismos activos de red. Esto puede crear nuevas fuentes de ingresos y ampliar el alcance de mercado de las redes alternativas, lo que las ayuda a monetizar sus redes en áreas en las que tienen dificultades para conseguir suscriptores.

Otra oportunidad para las altnets es ampliar el alcance de sus redes y sus servicios a través de asociaciones mayoristas. Al vincular redes de fibra regionales y locales con rutas de datos nacionales e internacionales más grandes, pueden expandir sus servicios a nuevas áreas y evaluar el mercado al que pueden acceder en esas regiones antes de comprometerse a implementar su infraestructura de red. Por ejemplo, las altnets CityFibre, Lightspeed y Vorboss han desarrollado recientemente asociaciones para ampliar su alcance y la disponibilidad de sus servicios.

A medida que las redes alternativas buscan socios de red central que respalden sus planes de crecimiento, es esencial encontrar un socio que se adapte a sus necesidades culturales y de servicio. Quieren trabajar con empresas que se centren en ofrecer soluciones flexibles y de alta capacidad, que respalden sus planes de instalación rápida y una estrecha participación de la comunidad, sin verse limitadas por las estructuras rígidas y la burocracia que suelen caracterizar las asociaciones con proveedores más grandes.

A medida que este mercado dinámico continúa evolucionando, la rentabilidad y el aumento de suscriptores serán cada vez más importantes para el acceso a nuevas finanzas y la expansión de las altnets, pero adoptar una visión estratégica a largo plazo sobre cómo se pueden compartir los recursos de la red podría conducir a un escenario de beneficio mutuo muy necesario en los próximos años.