Por Libero Raspa, director de Adesso UK
La inteligencia artificial (IA) no es solo la tecnología del futuro, sino la fuerza transformadora del presente. Desde la agilización de las operaciones comerciales hasta el impulso de conocimientos sin precedentes en materia de investigación y desarrollo, la IA está revolucionando todos los sectores en los que participa. Se prevé que el mercado mundial de la IA alcance los 1,8 billones de dólares en 2030.
Sin embargo, para el Reino Unido, el camino hacia la supremacía de la IA está plagado de desafíos, que se derivan principalmente de incertidumbres regulatorias y ambigüedades políticas. Como líder emergente en tecnología, el Reino Unido debe abordar estos obstáculos para seguir el ritmo de América del Norte y Europa, que actualmente lo superan en el desarrollo de la IA.
El Reino Unido se queda atrás
Encuestas recientes revelan una creciente preocupación entre los directores de TI del Reino Unido: el 66 por ciento cree que el país se está quedando atrás de sus homólogos norteamericanos y europeos en el desarrollo de la IA. Este sentimiento se ve exacerbado por el impredecible entorno regulatorio, que se complica aún más con las próximas elecciones.
Según el Stanford AI Index, la inversión en IA se centra en Estados Unidos, lo que supone una clara ventaja en el sector. El Reino Unido y Alemania invierten significativamente menos en el desarrollo de IA según un informe de Statista.
La falta de políticas y regulaciones claras y con visión de futuro en materia de IA crea un panorama de incertidumbre que sofoca la innovación y desalienta la inversión. Mientras otras regiones avanzan con marcos sólidos que respaldan el crecimiento de la IA, el Reino Unido corre el riesgo de quedar al margen de la carrera mundial por el dominio tecnológico.
El papel del Big Data en el desarrollo de la IA
El Big Data es un elemento central del avance de la IA. La sinergia entre la IA y el Big Data es indispensable; las tecnologías de IA prosperan gracias a las enormes cantidades de datos que proporciona el análisis del Big Data.
Estos conjuntos de datos se caracterizan por su volumen, velocidad, variedad, veracidad y valor, conocidos colectivamente como las cinco V. El enorme volumen de datos permite que los sistemas de IA se entrenen en conjuntos de datos diversos y completos, lo que mejora sus capacidades de aprendizaje.
La velocidad con la que se generan y procesan los datos permite realizar análisis y tomar decisiones en tiempo real. La variedad garantiza que la IA pueda manejar distintos tipos de datos, desde textos e imágenes hasta datos de sensores. La veracidad es fundamental para garantizar la fiabilidad y la precisión de los datos y, en última instancia, su valor reside en los conocimientos y las eficiencias que se derivan de ellos. Para que el Reino Unido avance en materia de IA, aprovechar el Big Data no es una opción, sino una necesidad.
RGPD: un arma de doble filo
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) es un ejemplo de equilibrio entre innovación y regulación. Por un lado, el RGPD mejora significativamente la seguridad de los datos y la privacidad de los usuarios, fomentando un entorno de confianza necesario para las transacciones digitales. Por otro, impone restricciones estrictas al uso y el intercambio de datos, lo que puede obstaculizar el desarrollo de la IA. La IA prospera gracias a la accesibilidad y la fluidez de los datos, y las limitaciones impuestas por el RGPD pueden considerarse un obstáculo al libre flujo de información esencial para el entrenamiento y la implementación de la IA.
Sin embargo, no tiene por qué ser una situación en la que todos ganan o pierden. El Reino Unido puede superar este desafío implementando políticas que equilibren los beneficios de seguridad del RGPD con la necesidad de innovación en IA. Esto implica elaborar regulaciones que permitan la flexibilidad en el uso de los datos y al mismo tiempo respeten estándares estrictos de protección de datos. Se pueden promover soluciones innovadoras como la anonimización de datos y el aprendizaje federado para alinear el cumplimiento del RGPD con las necesidades de desarrollo de la IA.
Al hacerlo, el Reino Unido puede proteger la privacidad individual y al mismo tiempo fomentar un terreno fértil para la innovación en IA.
La calidad de los datos como prioridad
En el ámbito de la IA, una mala entrada de datos produce un mal resultado. La calidad de los datos que se introducen en los sistemas de IA influye directamente en la calidad de los resultados. Conscientes de ello, el 92 % de las organizaciones ahora priorizan la calidad de los datos en sus iniciativas de IA.
Los datos de alta calidad garantizan que los modelos de IA se entrenen de manera eficaz y produzcan resultados precisos y confiables. Además, el 75 por ciento de estas organizaciones utilizan la IA como su herramienta principal para el análisis de datos, lo que subraya la relación intrínseca entre la calidad de los datos y la eficiencia de la IA.
Para que el Reino Unido recupere su ventaja competitiva en materia de inteligencia artificial, debe priorizar las iniciativas que mejoren la calidad de los datos. Esto implica invertir en sistemas avanzados de gestión de datos, promover las mejores prácticas para la recopilación y conservación de datos y fomentar una cultura de precisión y fiabilidad de los datos.
Se debe alentar a las organizaciones a adoptar marcos integrales de calidad de datos que abarquen la gobernanza, la integridad y la gestión de los datos.
El camino por delante
La posición del Reino Unido en el panorama mundial de la IA se encuentra en un momento crítico. Para superar el retraso con respecto a América del Norte y Europa, debe abordar las incertidumbres normativas y políticas que obstaculizan el desarrollo de la IA. Aprovechar el poder del Big Data, sortear las complejidades del RGPD y priorizar la calidad de los datos son pasos esenciales en este camino.
Al elaborar políticas y regulaciones claras y favorables en materia de IA, el Reino Unido puede crear un entorno propicio para la innovación y la inversión. De cara al futuro, el gobierno del Reino Unido ha prometido más de 100 millones de libras esterlinas para una estrategia nacional de investigación en IA, lo que demuestra una inversión proactiva en IA. Además, el Reino Unido está adoptando una postura pro innovación en materia de regulación de la IA, que, en colaboración con la ley integral de IA de la UE, podría crear un entorno propicio para el florecimiento de las empresas.
Aprovechar la sinergia entre la IA y el Big Data permitirá al país aprovechar todo el potencial de estas tecnologías. Equilibrar los beneficios de seguridad del RGPD con la necesidad de accesibilidad a los datos protegerá la privacidad y, al mismo tiempo, fomentará la innovación. Por último, garantizar una alta calidad de los datos sentará una base sólida para unos sistemas de IA fiables y eficaces.
Al hacerlo, el Reino Unido no solo puede alcanzar a sus contrapartes globales, sino que también puede liderar potencialmente la próxima ola de innovación en IA, impulsando el crecimiento económico y el avance tecnológico en el proceso.