Por Stefan Jofors-aTribe, director de atNorth
El inicio de 2023 trae una economía global volátil e incierta. Los precios de la energía están en su punto más alto, el costo general de vida se está disparando y la sostenibilidad está en crisis, todo mientras la transformación digital avanza a gran velocidad. La innovación y los avances en las aplicaciones que consumen muchos datos están creciendo, lo que significa que las organizaciones dependen más de la capacidad de procesar, utilizar y almacenar grandes cantidades de datos a gran velocidad y escala.
Además, las empresas de Europa, el Reino Unido y los EE.UU. se enfrentan a objetivos cada vez más estrictos para reducir la huella de carbono y proporcionar un mejor camino hacia la sostenibilidad en los próximos años. Dado que muchas organizaciones han comenzado a analizar en profundidad sus procesos e infraestructuras para acelerar la sostenibilidad en todas sus operaciones, el departamento de TI se enfrenta a desafíos cada vez mayores.
Mucho ruido por la infraestructura
La infraestructura (la plomería y los componentes básicos) del centro de datos moderno actual es de vital importancia para el futuro de la transformación digital. La velocidad de la digitalización y el ritmo continuo de cambio imponen nuevas exigencias a cada parte del ecosistema digital. Tomemos, por ejemplo, el crecimiento continuo en el tráfico global de Internet, que aumentó a un ritmo sin precedentes en 2020 debido a la pandemia global y continúa aumentando con un aumento del 28 por ciento en el tráfico este año según la firma de investigación de mercado global, TeleGeography. Como indicador de los cambios que están ocurriendo, esto es claro y nos dice que tener una infraestructura de alto rendimiento, escalable y lista para satisfacer la demanda ya no es un lujo: es un escenario imprescindible.
Las empresas basadas en datos de hoy en día están reinventando la forma en que trabajan, y esto está impulsando la necesidad de un nuevo tipo de infraestructura que pueda ayudarlos a lograr el poder de cómputo de la próxima generación, albergar su cantidad cada vez mayor de datos y al mismo tiempo ser sostenible y accesible. La industria de TI debe responder a esto para crear una infraestructura digital global que pueda proporcionar servicios de computación de alto rendimiento (HPC), procesamiento de datos y almacenamiento a escala y velocidad, así como desempeñar un papel central en el fomento de prácticas de TI sostenibles en su esencia, a medida que la sociedad continúa sumergiéndose hacia una economía totalmente digital.
Sin embargo, la realidad es que la mayoría de los centros de datos todavía siguen modelos tradicionales, donde la capacidad y disponibilidad de las instalaciones de almacenamiento y procesamiento de datos se planifican en función de las necesidades proyectadas para una organización semidigitalizada típica con cargas de trabajo típicas. La relación entre las cargas de trabajo de TI y la infraestructura central debe diseñarse y construirse con más flexibilidad para permitir que las instalaciones del centro de datos se amplíen para satisfacer las crecientes demandas de sus clientes.
Al aprovechar las innovaciones en inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML), los centros de datos pueden controlar mejor el monitoreo y la gestión de la infraestructura crítica, el procesamiento de datos, las cargas de trabajo y las aplicaciones para obtener una mejor visibilidad en tiempo real de las operaciones. Esto no solo crea eficiencias, ganancias de rendimiento y reduce los costos para las organizaciones actuales, sino que también impulsa iniciativas de TI sostenibles y forma la columna vertebral del futuro de la infraestructura central para el futuro de los negocios globales.
Descarbonizar la TI a través de la informática sostenible
Junto con la creciente necesidad de una infraestructura más sólida y preparada para el futuro, también existe una presión considerable sobre la sostenibilidad. La capacidad de encontrar nuevas alternativas para garantizar la continuidad y la confiabilidad con aplicaciones de alto rendimiento de una manera rentable y energéticamente eficiente se está volviendo primordial.
Añádale a esto, el aumento de la demanda de energía que ejerce presión sobre la mayoría de las redes eléctricas del Reino Unido y Europa, y se avecina una tormenta perfecta a medida que crece el reconocimiento de la crisis climática. Aquí es donde la infraestructura central es fundamental y los centros de datos HPC juegan un papel importante en su diseño futuro.
Las cargas de trabajo intensivas en energía no solo usan mucha energía, sino que también generan mucho calor. En la mayoría de los países, esto significa que se necesita una infraestructura costosa para enfriar el equipo, en términos de costo, huella de carbono y uso de energía.
Aunque las cargas de trabajo en general se mueven hacia una mayor densidad, la mayoría de los centros de datos actuales no están construidos para admitir este nivel de densidad. Esto obliga a las instalaciones del centro de datos a mantener una huella muy grande para poder acomodar el espacio (o bastidores vacíos) necesarios para escalar. Hay pocos beneficios en esto: el sistema de enfriamiento no es eficiente para tales cargas de trabajo, la energía termina desperdiciándose en el enfriamiento y no existe un sistema de reutilización de calor o recuperación de calor circular.
Esta es la razón por la que la ubicación geográfica de los entornos, basada en un análisis de rendimiento versus sostenibilidad a nivel de carga de trabajo, representa una oportunidad real para las organizaciones que buscan 'ecologizar' sus operaciones y enfocarse en un mejor acceso a electricidad asequible, confiable y renovable.
Por ejemplo, los países nórdicos tienden a ser una ubicación preferida para las instalaciones del centro de datos. La región tiene la buena fortuna de beneficiarse de temperaturas ambientales bajas y una infraestructura de energía renovable muy probada. Con iniciativas gubernamentales clave implementadas para apoyar positivamente el medio ambiente e impactar el cambio climático, los países nórdicos también pueden impulsar la TI sostenible y alimentar un mejor ecosistema que pueda respaldar la economía circular con la reutilización y recuperación del calor para la calefacción local del distrito.
La migración de cargas de trabajo de alto rendimiento y uso intensivo de cómputo a ubicaciones como los países nórdicos genera más capacidad, flexibilidad y escalabilidad para fomentar la innovación digital e impulsar prácticas comerciales sostenibles en la actualidad.
Necesitamos estar preguntándonos:
- ¿Estamos construyendo para satisfacer la demanda del futuro?
- ¿Qué factores impulsarán esa demanda: eficiencia o conveniencia?
- ¿Qué nuevas tecnologías están en el horizonte que interrumpirán en el terreno de juego?
El éxito se medirá en función de la situación de mañana, no de hoy. Los operadores de centros de datos que pueden navegar entre las demandas opuestas de más capacidad, menor uso de energía y un modelo totalmente sostenible, sin dejar de ser una opción comercialmente viable, probablemente se considerarán exitosos.