Por Vivek Swaminathan, Director de Productos y Soluciones para el Lugar de Trabajo Digital, en Unisys
La demanda de centros de datos está aumentando rápidamente, ya que estos desempeñan un papel fundamental en la infraestructura digital, ya que almacenan, distribuyen e interpretan de forma segura los datos de las empresas. Sin embargo, con el avance y la creciente complejidad de la inteligencia artificial (IA), los requisitos para el mantenimiento de los centros de datos han evolucionado.
Tecnologías de refrigeración líquida: una solución para los centros de datos modernos
Las tecnologías de refrigeración líquida ofrecen una solución valiosa para los centros de datos modernos, donde han aumentado las densidades de servidores y los entornos informáticos con un consumo energético intensivo. Para adaptarse a esta evolución, las tecnologías de refrigeración líquida proporcionan una gestión térmica superior y una refrigeración dirigida, lo que reduce los requisitos de espacio y energía.
Sin embargo, a diferencia de los sistemas tradicionales de refrigeración por aire, las tecnologías de refrigeración líquida requieren una compleja gestión de la plomería y del refrigerante, y descuidar el mantenimiento puede provocar fallos e ineficiencias en el sistema. Comprender cómo realizar el mantenimiento de estos sistemas es fundamental para mejorar su longevidad y maximizar el retorno de la inversión (ROI).
El cambio de las tecnologías de refrigeración por aire a las de refrigeración líquida
La transición de los sistemas tradicionales de enfriamiento por aire a enfriamiento por líquido representa un avance importante para la industria de los centros de datos.
La refrigeración líquida puede eliminar más calor de manera eficiente y garantizar la productividad de los sistemas informáticos de alta densidad, lo que genera un mayor rendimiento y confiabilidad. Al enfocarse en CPU y GPU específicas, los operadores de centros de datos pueden mejorar la gestión térmica general y reducir el espacio necesario para la infraestructura de refrigeración.
Además, los sistemas de refrigeración líquida permiten una mejor capacidad de overclocking, lo que permite que los sistemas informáticos alcancen velocidades más altas sin riesgo de sobrecalentamiento. Esto se traduce en importantes mejoras de rendimiento, especialmente para aplicaciones de IA que exigen una potencia computacional sustancial. Además, las tecnologías de refrigeración líquida pueden reducir el consumo de energía en comparación con los sistemas de refrigeración por aire, lo que genera ahorros de energía y menores costos operativos para las empresas que se esfuerzan por cumplir con los objetivos de sostenibilidad.
Mantenimiento de tecnologías de refrigeración líquida
Si bien las tecnologías de refrigeración líquida ofrecen numerosos beneficios, las organizaciones deben realizar un mantenimiento de rutina para garantizar un funcionamiento sin problemas y evitar interrupciones costosas. No hacerlo puede dañar la infraestructura de TI, lo que genera un tiempo de inactividad sustancial y pérdidas financieras.
Un estudio de LayerLogix determinó que el costo promedio del tiempo de inactividad de un centro de datos en 2023 fue de aproximadamente $5.600 por minuto, y el costo promedio de un solo evento de inactividad fue de alrededor de $505.500. Además, el costo promedio de un viaje de camión a un centro de datos es de aproximadamente $1.000 por despacho, según Help Lightning. Dado que aproximadamente el 33 por ciento de estos despachos requieren un segundo viaje, los costos pueden acumularse rápidamente.
Según SimpleBi, la implementación de medidas de mantenimiento preventivo como inspecciones de rutina, controles del nivel de fluidos y mediciones de la calidad del agua puede reducir el tiempo de inactividad no planificado hasta en un 30 por ciento y ayudar a identificar problemas potenciales antes de que se agraven.
Es esencial controlar continuamente la calidad del refrigerante, realizar controles periódicos del rendimiento de la unidad de distribución de refrigerante (CDU) y las bombas, y evaluar la preparación de la infraestructura para soportar mayores cargas asociadas con los sistemas de refrigeración líquida. Al adoptar estrategias de mantenimiento proactivas, las empresas pueden mejorar la eficiencia operativa, minimizar el tiempo de inactividad y maximizar el retorno de la inversión.
Estrategias de mantenimiento proactivo para un rendimiento óptimo
El mantenimiento de los sistemas de refrigeración líquida implica prácticas críticas para garantizar la eficiencia y la longevidad. En primer lugar, es esencial gestionar la calidad del refrigerante. Realizar pruebas periódicas para detectar contaminantes y mantener el equilibrio químico del refrigerante evita la corrosión y la formación de incrustaciones que podrían dar lugar a reparaciones costosas. Los sistemas avanzados de detección de fugas también son fundamentales para identificar fugas antes de que se agraven, proteger equipos informáticos sensibles y minimizar el tiempo de inactividad.
Los controles de rendimiento regulares garantizan una circulación adecuada para la unidad de distribución de refrigerante (CDU) y las bombas; el monitoreo continuo de la temperatura dentro del circuito de enfriamiento para identificar puntos críticos o ineficiencias; y las evaluaciones regulares de la infraestructura evalúan la capacidad de la plomería y el soporte estructural para manejar las mayores cargas asociadas con los sistemas de enfriamiento líquido.
Mejorar la longevidad y el retorno de la inversión
Con un mantenimiento adecuado de los sistemas de refrigeración líquida y manteniendo temperaturas de funcionamiento más bajas, las empresas pueden prolongar la vida útil de los equipos de los centros de datos, mejorar el retorno de la inversión y aumentar la eficiencia energética. Esto puede dar como resultado la capacidad de las empresas para diferir los gastos de capital en nuevos equipos y, al mismo tiempo, maximizar el rendimiento de los activos existentes.
A medida que la refrigeración líquida se vuelve más común, está destinada a convertirse en una piedra angular de las operaciones de los centros de datos modernos y, con ella, en una columna vertebral de la innovación digital.