Los centros de datos deben mantener su funcionamiento constante, pero la enorme cantidad de energía que requieren para alimentar servidores, sistemas de refrigeración, etc. debe ser también confiable y a prueba de perturbaciones. Todo ello, sumado a una monitorización constante.

Nuestras aplicaciones diarias demandan cada vez más capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos. Las infraestructuras deben ser robustas para soportar las necesidades actuales, pero también las futuras. Cada dispositivo electrónico varía su necesidad energética según su carga de trabajo, pero además los sistemas se van expandiendo progresivamente y hay que prever arquitecturas de sistemas adaptables y que crezcan flexiblemente. Y aquí es donde los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAI/UPS) juegan su papel, proporcionando respaldo continuo y protección contra interrupciones y perturbaciones del suministro eléctrico en cualquier infraestructura electrónica: sobretensiones, armónicos, huecos de tensión, etc.

A todo ello, la eficiencia energética es un factor para reducir costos operativos, pero también para minimizar el impacto ambiental. Añadir o retirar módulos de energía según sea necesario permite administrar eficientemente el ecosistema electrónico y evita el desperdicio de recursos. La implementación de la virtualización y la gestión inteligente de la energía pueden ayudar a optimizar la utilización de los recursos disponibles.

La modularidad permite una fácil expansión y mantenimiento. Los equipos energéticos modulares facilitan la adaptación a las necesidades cambiantes del centro de datos. El tamaño y vida útil de los módulos son consideraciones importantes, y cuanto más compactos, más permiten una mejor utilización del espacio y una mayor densidad de energía, maximizando su eficiencia.

Hoy en día la información es vital y la velocidad esencial. La conectividad, como vector de enlace, es la herramienta que garantiza el funcionamiento fluido de los sistemas, y parte fundamental de esta ecuación es brindar respaldo eléctrico confiable, asegurando en primer lugar que no haya interrupciones por fallos en el suministro energético, y que logre, por otra parte, mantener una conexión estable y fluida, impulsando el desarrollo de las comunicaciones y permitiendo el intercambio de información en tiempo real.

Conectividad intuitiva y rápida

La transformación digital está llegando a todo tipo de actividades y la electrónica de potencia no constituye una excepción. Factores como el creciente protagonismo de los dispositivos móviles, la extensión de las redes sociales, la irrupción de Internet de las Cosas (IoT) y las soluciones en la nube (cloud) son los más citados dentro de esta megatendencia que genera un ingente volumen de negocio en todo el mundo. Las previsiones coinciden en señalar su crecimiento interanual sostenido a corto y medio plazo.

Los equipos de electrónica de potencia incorporan también tecnología digital desde hace años, incluida la instalación de software destinado a diversas funciones. Entre estas destacan sobre todo las relacionadas con la gestión y la monitorización del SAI/UPS, en general destinadas a mejorar hasta optimizar la conectividad y la interconexión de estos equipos.

La hibridación del lugar de trabajo derivada de la pandemia provoca que muchos centros de datos no cuenten con personal 24/7, y las soluciones de monitoreo y administración de forma remota como la Administración de Infraestructura de Centro de Datos (DCIM) ofrecen la capacidad de supervisar, gestionar y solucionar problemas de sistemas de IT desde una ubicación centralizada.

Los SAI/UPS están equipados con una conectividad avanzada que permite supervisar constantemente el estado energético. A través de interfaces de red, estos sistemas pueden enviar información en tiempo real sobre el consumo, la eficiencia y el rendimiento energético del conjunto o de cada módulo por individual. A través de los consumos personalizados permite una gestión más precisa y proactiva, ya que se puede elegir qué módulos trabajan y cuáles no durante un tiempo, para hacer ciclos de carga que permitan llevar las baterías a su pico de vida útil. Algo que, además, la inteligencia artificial está afinando.

El software de monitorización sirve para efectuar un seguimiento continuo de los indicadores de rendimiento del SAI, proporcionando información acerca de parámetros como el nivel de carga de la batería y si la carga se está llevando a cabo correctamente, su autonomía, niveles de tensión... Dado el papel clave que desempeña el SAI/UPS ante posibles cortes y alteraciones del suministro eléctrico, es primordial cerciorarse en todo momento de que está operativo y conocer las prestaciones que está en condiciones de ofrecer a nuestra instalación.

La comunicación al contexto de la red a la que está conectado se suele basar en el Protocolo Simple de Administración de Red (SNMP). Este estándar industrial está diseñado para la supervisión y gestión de dispositivos de red. En este protocolo, basado en una arquitectura de cliente-servidor, cada dispositivo actúa como agente y un sistema centralizado recolecta datos y envía órdenes, proporcionando un marco de trabajo para recopilar información en tiempo real y realizar acciones en estos dispositivos de forma remota. La interfaz debe ser también capaz de representar gráficamente los principales datos de forma intuitiva de una manera visual e informativa, que muestre esquemas de bloques, medidas, variables y alarmas.

Recopilar datos en tiempo real se ha convertido en una prioridad de nuestra sociedad. El tráfico de la red o el uso de recursos de aquellos equipos que conviven con nosotros es una información muy valiosa a la hora de ajustar las infraestructuras de forma precisa y sistémica, asegurando una distribución óptima de la carga de trabajo y evitando posibles cuellos de botella. Para ello, el SNMP se ha convertido en una herramienta fundamental en las industrias tecnológicas.

La computación en la nube, el edge computing y la inteligencia artificial tienen que ser los nuevos protagonistas de la evolución de los data centers hacia soluciones aún más avanzadas y eficientes. La seguridad de la conectividad y la baja latencia, cruciales para la interconexión de dispositivos y sistemas, permitirán una mejor gestión inteligente, eficiencia operativa y aprovechamiento de recursos, sentando las bases para una nueva era de centros de datos inteligentes. Pero algo está claro: todo ello siempre requerirá energía ininterrumpida.