Estamos viviendo un momento sin precedentes en nuestras vidas diarias, la pandemia nos dio una lección que cambió la manera en la que hacemos nuestras actividades diarias en todo sentido. Los data centers se convirtieron en elemento más esencial para tener un entorno remoto y disponible en todo momento para la colaboración en tiempos de COVID.

Ahora que estamos en lo que se supone que es la recta final de la pandemia, hemos tenido que reconsiderar las soluciones, los costos y las plataformas en las que trabajamos a diario sin importar si se trata de nuestra vida personal o en el trabajo. La nube trajo elasticidad y generó un valor muy alto en estos tiempos, pero ahora que estamos de regreso en nuestra rutina diaria personal y laboral, la nueva normalidad está obligando a los tomadores de decisión a hacer un replanteamiento hacia los costos que pagan por hacer uso de los proveedores de nubes públicas y privadas. Es una realidad que el gasto recurrente en todos los servicios de tecnologías de información, así como de infraestructura y comunicaciones han formado parte de la agenda diaria de los CEOs, CFOs, CIOs, directores generales, etc.

Para la firma IDC, las prioridades del negocio están muy enfocadas en satisfacer las demandas de los clientes internos y externos en cuanto a servicios ágiles y experiencias personalizadas. Todo esto se convirtió en el corazón de la transformación digital de los negocios en un periodo de tiempo muy corto. La velocidad de despliegue de negocios digitales no es proporcional a la velocidad en la que se puede construir un centro de datos, tememos un desfase.

En MTP tenemos profundo reconocimiento de que existen necesidades diferentes en cada una de las industrias que conforman la economía. Es por ello que construimos con propósito la plataforma de Edge Data Center con el mayor footprint en México con baja latencia, ahí donde nacen los datos.

Las ofertas de los centros de datos son el corazón de las tecnologías digitales que transforman los negocios, como son la inteligencia Artificial, Machine Learning, Big Data, IoT, Ciberseguridad,  entre otras; todas ellas requieren de una alta disponibilidad, accesibilidad, robustez, proximidad y modularidad características propias de los centros de datos.

Bajo estas premisas encontramos factores comunes: gran volumen de datos, dependencia a los tiempos de respuesta ágiles, soluciones centradas en el usuario o “customer centric” y todas ellas son posibles gracias a tecnologías que residen en centros de datos.

Pero, ¿qué centro de datos es el mejor? ¿Debo o no considerar crecimiento? ¿Si me decido por un proveedor de centro de datos será imposible cambiar en el futuro? ¿Cuáles son las consideraciones que debo tomar al decidir un centro de datos? ¿Está viviendo la organización un profundo proceso de transformación?

Hay muchos cuestionamientos que los grandes corporativos se han hecho y se hacen hoy día, y la respuesta es que no existe un centro de datos mejor que otro, todos son concebidos para atender necesidades de negocio particulares, y para ello hay que conocer la industria en la que se desarrolla cada uno de estos negocios, conocer dónde están los usuarios de mi negocio, comprar el centro de datos con las capacidades que requiera el negocio alineadas al crecimiento del mismo, conocer las arquitecturas de las aplicaciones que van a ejecutarse en ese centro de datos, conocer los volúmenes de datos que van a viajar hacia ese centro de datos, identificar si la operación de TI está centralizada o se ha adaptado también el capital humano al trabajo remoto y distribuido.

Hoy los centros de datos los tenemos en manchas grandes localizados en los HUBs de la República Mexicana, sin embargo, los servicios no son precisamente consumidos por los usuarios de forma centralizada, por lo que el diseño de una arquitectura híbrida, compuesta por centros de datos prefabricados en combinación con centros de datos tradicionales, debe tomarse en cuenta al momento de definir la estrategia de selección de estos.

Contar con un diseño distribuido, acercar el dato al usuario final sin perder las grandes capacidades que puede ofrecer un centro de datos corporativo donde puedan procesarse los grandes volúmenes de datos para fortalecer la analítica de datos que se requiere para mover a los negocios al camino de transformación que requieren soportando las decisiones y claramente no perdiendo esa “cercanía” al que consume tu servicio, la cercanía al “santo grial” de las organizaciones al “cliente”.


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