A medida que la Transformación Digital se vuelve cada vez más crucial y acelerada en el mundo corporativo, también urge preparar a los profesionales para hacer frente al crecimiento exponencial del mercado tecnológico. Brasil, de hecho, ya ocupa la décima posición mundial en el sector, según la Asociación Brasileña de Empresas de Software (Abes).
Hoy en día, sin duda, el mayor reto es encontrar talento y, sobre todo, prepararlo y mantenerlo en este mercado. Según un estudio de Brasscom, la demanda anual de profesionales en el área es de 159.000 al año, con una previsión de 797.000 vacantes para 2025, el 67% de las cuales podrían no cubrirse por falta de profesionales cualificados.
Aportar valor a los empleados es el papel de las organizaciones e invertir en personas que muestren interés e iniciativa, al final, trae resultados para todos, incluso para las empresas. Lo experimento a diario en FCamara, donde tenemos programas de formación gratuitos que preparan a los profesionales desde cero para el mercado, dando también oportunidades a los jóvenes de bajos ingresos. También fomentamos la participación en comunidades tecnológicas, como Orange Juice, que comparte conocimientos en el área, y ahora hemos inaugurado el Orange Hub, un espacio físico para que la gente de la comunidad cree conexiones reales y presenciales en nuestra sede.
Además de estas iniciativas, buscamos otorgar beneficios reales a nuestros profesionales y una remuneración compatible. Aunque no es ideal considerar este aspecto como prioritario, es necesario y valora al empleado. Ofrecer valores adecuados a la posición que se ocupa y a la media del mercado es fundamental.
En mi opinión, cultivar estos talentos desde cero es una gran manera de mostrarles el fantástico mundo de la tecnología, compartiendo conocimientos y un ADN que invierte en bienestar e innovación. Y, por supuesto, paralelamente a esto viene la importancia de que los líderes visualicen los resultados que son capaces de ofrecer, algo que está ligado a la formación de las personas.
Las empresas tecnológicas deben tener necesariamente el espíritu de la formación integrado en su núcleo, no sólo con iniciativas para formar a nuevos profesionales y cualificar a los suyos, sino también para preparar a los líderes que se forman para formar. La verdadera preocupación por impulsar a las personas hace que la empresa sea naturalmente atractiva para quienes realmente quieren construir una carrera sólida y prometedora.
Creo firmemente que cuando una persona construye su historia dentro de una empresa con este perfil, las posibilidades de adquirir un conocimiento técnico maduro, una capacidad de relación y entrega, así como el amor por lo que hace, son enormes. Y sabemos que, para ello, debe haber una estructura adecuada, así como incentivos y motivaciones diarias.
Incluso, los que piensan que para dedicarse a la informática es obligatorio asistir a una universidad de informática se equivocan. Esto no es necesario. Hoy en día, este profesional puede tener acceso a talleres, conferencias, contenidos gratuitos en Internet, libros, en fin, lo suficiente para conseguir un trabajo en el área. Y si además de invertir en sus propios conocimientos, hay empresas que también invierten en esta cualificación, aún mejor.
Por Joel Backschat, CIO del Grupo FCamara y fundador de la comunidad tecnológica Orange Juice
