Las barreras de género existen en todos los ambientes, en todos los niveles y áreas laborales; ninguna mujer está exenta de vivir retos a la hora de acceder a empleos dentro del ámbito tecnológico. Así lo manifiesta Claudia Janeth de Jesús Bruno, Gerente de Infraestructura de Angop, al reflexionar sobre las barreras que tienen que sortear las mujeres para acceder al ámbito tecnológico. Ella misma nos comenta en esta entrevista que ha vivido en carne propia la brecha de género, la discriminación por ser mujer pero también una mujer brillante, o incluso haber llegado a dudar de sus capacidades.

En el mes de la mujer hemos querido conocer su experiencia personal, desde su trayectoria académica hasta la profesional en la actualidad donde trabaja en Angop. Una compañía donde el 53% de la plantilla son mujeres, no obstante, este porcentaje se reduce hasta el 16% de aquellas que son ingenieras. Por ello, tratan de implementar acciones para atraer y cuidar el talento joven de chicas ingenieras en un ambiente sano, ofreciendo oportunidades desde estudiantes hasta profesionistas.

Estudiaste Ingeniería Industrial y de Sistemas. ¿Qué te ha hecho decantarte por estudiar una carrera del ámbito tecnológico? ¿Cómo animarías a las jóvenes a escoger unos estudios relacionados con la tecnología teniendo en cuenta que todavía hay un porcentaje muy bajo de mujeres en carreras STEM?

Tenía 5 años cuando mi papá me dijo que yo estudiaría en el Tecnológico de Monterrey (ITESM), y que para eso tenía que ser la mejor hija y estudiante y que lo lograría, porque yo era especial e inteligente. Ese día mi papá me regaló mi primer sentimiento de empoderamiento. Mis padres me dieron el legado más grande que he recibido: creyeron en mí, en mis habilidades y valores, su legado es lo que ha formado las decisiones que he tomado en la vida mucho más de lo que ellos se pueden imaginar.

Soy originaria de un pequeño pueblo de Michoacán (México) donde no es típico que una mujer estudie una carrera profesional porque los patrones culturales indican que la mujer pertenece al hogar. Tampoco es común que las mujeres salgan de su pueblo a estudiar y buscar mejores oportunidades y no es típico que una chica joven viva sola fuera de su casa… y yo lo sabía, tenía tantas barreras culturales en contra.

Decidí estudiar Ingeniería Industrial y de Sistemas, también tengo una especialidad en Mecatrónica y otra en Consultoría, tengo un MBA, y no dejo de aprender. El espíritu valiente y empoderado que mis papás desarrollaron en mí me llevó a tener una visión más allá de la convencional, asimismo observaba las necesidades de mi pueblo, de mi sociedad y quería responder a ellas. Me importaba en gran medida mi entorno y las personas dentro de él.

Hoy tengo 29 años y soy un ejemplo de lo que es posible cuando las niñas, desde el comienzo de sus vidas son amadas y guiadas por las personas de su entorno. Siempre he estado rodeada de mujeres extraordinarias que me educaron en el respeto y la dignidad.

Desde tu posición como Gerente de Infraestructura en ANGOP, ¿cuáles son tus responsabilidades y qué objetivos te marcas en este puesto?

Después de estudiar la carrera, ser ingeniera, viajar, aprender, emprender, cuando egresé tenía todas las herramientas para responder al mundo, pero no lo hice como todos esperaban, mi mentalidad innovadora y disruptiva me motivó a implementar mis conocimientos de Lean Manufacturing y Six Sigma en la industria de la construcción, un medio virgen para la mejora continua donde pude destacar y ser parte de varias de las construcciones más importantes de México, la Torre Mitikah en Ciudad de México y la planta de BMW en San Luis Potosí.

Con este crecimiento surgió la oportunidad de ingresar en el medio tecnológico: fuí Product Manager y Champ para empresas como VERTIV, Dell EMC, Microsoft, Sony y Koblenz. Me volví especialista en energía, servers, networking y datacenter, y me encanta ver todas las piezas del perfil tan versátil y dinámico que he formado.

Es misión del Tecnológico de Monterrey “Formar líderes con espíritu emprendedor, sentido humano y competitivos internacionalmente.” El sentido humano marcó mi vida, el 80% de mis proyectos universitarios tuvieron un fin e impacto social y desde entonces practico voluntariado y labor social.

Me apasiona y disfruto trabajar en tecnología, sin embargo, el poder ayudar a mi país con mi trabajo se ha vuelto una misión de vida.

De esta manera, mis objetivos en cada puesto en que he laborado son hacer siempre lo mejor, hacer siempre lo correcto y generar valor para las personas. Como Gerente de Infraestructura siempre defiendo que ser ético en la vida sí es rentable.

Claro que conozco en persona la brecha de género, he vivido discriminación no solo por ser mujer, también por ser una mujer brillante, he vivido el machismo y en incontables ocasiones me he sentido menos, he dudado de mis capacidades o me he sentido cansada: estas y otras barreras a las que se enfrentan las niñas a lo largo de su educación y su vida laboral que provocan que, en México solo el 13% de ellas piense en estudiar una carrera STEM a nivel licenciatura y que de los egresados de STEM solo 12% sean empleadoras, es decir apenas una por cada siete hombres.

Yo tengo un cargo, por las jóvenes, adolescentes y niñas que están a punto de decir “no puedo” porque creen que no son capaces, porque han encajonado sus sueños en una serie de reglas y formas a cumplir y se están perdiendo la verdadera aventura que es desarrollarse profesionalmente defendiendo con amor sus capacidades y fortalezas.

En Angop, un 53% de la fuerza laboral somos mujeres, pero solo un 16% somos ingenieras, por lo que estamos implementando acciones para atraer y cuidar el talento joven de chicas ingenieras en un ambiente sano, ofreciendo oportunidades desde estudiantes hasta profesionistas.

¿Cuáles son los principales retos que crees que enfrentan las mujeres a la hora de acceder a empleos dentro del ámbito tecnológico?

Las barreras de género existen en todos los ambientes, en todos los niveles y áreas laborales; ninguna mujer está exenta de vivir retos a la hora de acceder a empleos dentro del ámbito tecnológico, sin embargo, desde mi experiencia uno de los mayores retos es cuando nos permitimos a nosotras mismas sentirnos incapaces de postularnos a un puesto tecnológico, porque en retrospectiva, ningún puesto es inalcanzable cuando tenemos las habilidades y experiencia.

No obstante, las mujeres no solo tenemos retos a la hora de acceder al ámbito tecnológico, además enfrentamos el mismo tipo de retos para permanecer y crecer en el medio: la cantidad de No’s que recibimos todos los días implican un esfuerzo extra con el que nos tenemos que comprometer; y definitivamente cada No que he recibido me ha hecho más resiliente, me ha enriquecido. En efecto, las mujeres necesitan sentirse seguras de sí mismas.

¿Qué se podría hacer para que el porcentaje de mujeres dentro de la industria tecnológica sea más elevado?

Según estudios realizados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el Producto Interno Bruto (PIB) en México podría aumentar un 15% si entre 2020 y 2030 se suma a 8.2 millones de mujeres a la fuerza laboral.

Tenemos que eliminar la idea de que sumar a más mujeres en el medio de TI es un tema de solidaridad social, pues en tema de crecimiento económico es algo que ya demandan las empresas, con la crisis actual el empoderamiento económico es central para crecer como industria tecnológica y será, sin duda de lo que nos beneficiaríamos todos.

Por otro lado, considero importante buscar rutas para orientar a las jóvenes a que tomen decisiones mejor planeadas y que estén conscientes de lo que implican, que las empresas tengan mentores que cuiden los talentos emergentes de jóvenes que llenas de esperanza por cambiar el mundo logren crear un proyecto de vida y carrera que las guíe y las haga sentir que sí pueden cambiar el mundo.


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