Los Centros de Datos Edge o de ‘cercanía’ son considerados pieza fundamental para el desarrollo de ciudades inteligentes, ya que son una fuente cercana de interconexión que da soporte al intercambio de datos de manera rápida, efectiva y con baja latencia, apoyando la generación y procesamiento de información.

Estas tecnologías tienen un impacto positivo directo tanto en la vida de los ciudadanos, quienes –por ejemplo– pueden realizar transacciones en tiempo real desde dispositivos móviles, con latencias mínimas, así como en la activación de la economía regional, con soluciones sustentables para facilitar y aprovechar los datos de los diversos dispositivos conectados a una red.

Por ello, el primer paso de un ecosistema con estrategia digital es consolidar esfuerzos: sentar las bases y plataformas que brinden servicios como semáforos inteligentes, sistemas de videovigilancia, interconexión de dispositivos a través de infraestructura que haga más segura y eficiente la transmisión de datos, el ahorro energético y la optimización de recursos.

No sólo es aplicable a temas de movilidad o conectividad: el acceso a servicios médicos digitales, como la telemedicina, implica una revolución en la manera de concebir un sistema de salud y dar mayor cobertura, donde no es necesario trasladar a un paciente para realizar diagnósticos preliminares, gestión de citas y consultas.

IoT e IA, tecnologías complementarias

Los datos, que se intercambian y se generan dentro de los Centros de Datos Edge, van más allá de ser recolectados, pues la tendencia es complementarlos con otras herramientas como el Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) y la Inteligencia Artificial (IA).

Tanto los Data Centers Edge como el Internet de las Cosas se complementan ya que trabajan de manera simultánea y en tiempo real, permitiendo desde anticiparnos a la detección de oportunidades hasta adelantarnos a alguna eventualidad o anomalía en el mismo punto en el que se genera. De esta manera es posible alertar inmediatamente a quienes estén involucrados para poder brindar u obtener la atención adecuada.

Un ejemplo de cómo operan en conjunto la IA, el Internet de las Cosas y un Centro de Datos Edge es en los automóviles autoconducidos, los cuales requieren de información en fracciones de segundo para determinar si frenar o no ante un obstáculo imprevisto: desde una rama de árbol hasta un peatón que cruza, tomando en cuenta el número vehículos y personas en la calle, la velocidad y la distancia de éstas. Cada fracción de segundo tiene un valor inestimable.

Es por ello que cada vez habrá mayor interés por desarrollar un ecosistema híbrido desplegando Data Centers Edge conectados a los Data Centers Core, una combinación que conlleva lo mejor de los dos mundos: los primeros donde se generan las transacciones locales requiriendo baja latencia como tiempos de respuesta ágiles; los segundos, para albergar las plataformas que no requieren de la misma velocidad ni latencia.

El gran reto es conectar a los habitantes de ciudades que no cuentan actualmente con acceso a una red; para ello, se requiere la adopción de infraestructura tecnológica para crear ecosistemas digitales que ofrezcan servicios más innovadores que puedan analizar y consolidar grandes volúmenes de información.