Hoy es el Día Internacional de la Mujer, una fecha señalada en el calendario mundial como símbolo de la lucha por la igualdad, el empoderamiento de la mujer y el incremento de la participación femenina en todos los ámbitos de la sociedad. Fue promulgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año 1975 y desde la institución promueven el lema "Igualdad de género hoy para un mañana sostenible" y reclaman una acción por el clima por y para las mujeres. En definitiva, potenciar la igualdad de género en un momento de crisis climática y reducir el riesgo de desastres es uno de los mayores desafíos de este siglo a nivel mundial.

La movilización de las mujeres de todo el mundo traspasa fronteras y diferencias de cualquier tipo (culturales, ideológicas, económicas…). La unión de todas ellas impulsa el cambio del mundo y tienen el poder de lograr la igualdad en todas las esferas de la sociedad.

En DCD nos sumamos a la celebración de este día y desde hoy hasta el final de mes estaremos hablando con las protagonistas que inspiran con su trabajo y que están poniendo su granito de arena al cambio. Hoy, 8 de marzo, entrevistamos a Ana Lía Rojas, Directora Ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA) para tener una visión completa del avance de las energías limpias en el país, conocer cuáles son los retos que enfrentan las mujeres para acceder al mundo tecnológico y qué iniciativas se pueden poner en marcha para aumentar su porcentaje.

¿Cómo están avanzando las energías renovables en Chile?

El sector ERNC ha crecido de tal forma en los últimos años, que se ha transformado en la piedra angular de la transición energética. Cerramos el 2021 con casi 11.500 MW de capacidad instalada aportando con el 27% de toda la energía eléctrica. Sólo durante el 2021 entraron en operación más proyectos renovables y su capacidad asociada que los que ingresaron en los cuatro años anteriores. Esto muestra el dinamismo y el creciente nivel de competencia en el sector, lo que no quiere decir que la tarea está hecha, muy por el contrario.

¿Qué retos consideras que Chile tendrá que enfrentar para que avancen las energías renovables en el país?

Existen grandes desafíos en materia energética de los que hay que hacerse cargo para consolidar el proceso: planificación y ordenamiento territorial para el despliegue de los proyectos renovables, lo que va adosado a una mayor y mejor participación de las comunidades en las decisiones de cómo construir y materializar las inversiones asociadas a la transición energética; el programa de cierre paulatino de centrales de carbón, gas natural y diésel, con responsabilidad en la seguridad y costo del suministro, sin dejar de lado la ambición de metas climáticas y de reducción de emisiones del sector eléctrico; la mayor participación de los usuarios en la gestión de sus consumos y eficiencia energética; el desarrollo de la generación distribuida y el mayor acceso de los ciudadanos en el autoconsumo y la electrificación de sectores de alto consumo energético y de marcado origen fósil, como el transporte y la calefacción, entre muchos otros.

Es importante distinguir entre tareas propias del gremio acordes a su visión-misión, de la gestión y capacidad de respuesta frente a los riesgos del sector eléctrico, los que deben ser incorporados al plan de trabajo base de la Asociación.

Además de mucho diálogo y colaboración intersectorial, requerimos visión de país, respeto por el medioambiente y pueblo originarios, planificación territorial, inversión en tecnologías habilitantes e I+D+d, competencia y un mercado sin distorsiones, y, sobre todo, desarrollar proyectos que sean viables y que no desvíen la atención de los focos que hay que trabajar para hacer que la regulación y el sistema eléctrico sea funcional a la transición energética y no al revés.

¿Cuáles son los focos de trabajo de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento para este 2022?

El año 2022 será, sin duda, muy desafiante. Asume una nueva administración de gobierno con la cual tenemos que trabajar en un plano de mucha cooperación. También surge el trabajo con la Convención Constituyente, aportando la experiencia de lo que se ha avanzado en materia de renovables y almacenamiento. En estos ámbitos, ACERA pretende continuar aportando con antecedentes, fundamentos y puntos de vista que enriquezcan la discusión y nos permitan avanzar hacia un sector eléctrico verdaderamente sustentable.

Desde una perspectiva técnica, es muy importante abordar, de manera muy decidida, el riesgo que representa para la descarbonización eléctrica los retrasos en los planes de trabajo de las obras nuevas y las ampliaciones del sistema de transmisión y que están produciendo, entre otras cosas, congestiones que implican hacer recortes de inyección de energía renovable. Asimismo, es fundamental avanzar en la discusión sobre una adecuada remuneración de potencia para la generación y los sistemas de almacenamiento, sobre todo pensando que el reglamento que estuvo en consulta pública recientemente reduce significativamente la remuneración de las plantas solares, afectando con ello la expansión de la energía solar en la matriz eléctrica del país y las decisiones de inversión ya tomadas por las empresas generadoras en las licitaciones de las distribuidoras de electricidad desde el año 2015 al 2021, dando con ello una señal regulatoria preocupante a los inversionistas y la banca nacional e internacional.

Para conocerte un poco más: ¿Cuáles son tus objetivos y responsabilidades dentro de tu posición como Directora Ejecutiva de ACERA?

Principalmente mi responsabilidad dentro de la Asociación será implementar la estrategia aprobada por los socios y socias, y la gestión de riesgos. Una cosa es lo que queremos hacer guiado por nuestra misión, y la otra, es lo que debemos hacer para enfrentar los riesgos del sector y a la que se le debe prestar la misma atención.

Este es un nuevo y gran desafío en mi carrera, me lo tomo con mucho orgullo y responsabilidad para continuar el gran trabajo que hasta ahora se ha realizado en la principal Asociación del sector energético renovable. Lo que más me apasiona de esta labor es la posibilidad de una transformación real de cara los desafíos que impone la crisis climática en un contexto de urgencia, y que se debe trabajar de una forma interdisciplinaria, donde el tratamiento de la energía deja de ser un ámbito cerrado y se deben integrar acciones relacionadas con muchas otras disciplinas o agentes que quieren aportar a la lucha contra el cambio climático.

¿Cómo consideras que está avanzando la introducción de las mujeres al mundo de las tecnologías en Chile?

Si bien es un sector que históricamente ha sido predominantemente masculino, también ha sido una industria que ha ido abordando los desafíos de equidad de género muy rápidamente, logrando planificación y acción para que la presencia de mujeres tienda a ser mayor al promedio del resto de las industrias.

En ese sentido, ha sido clave el compromiso y coordinación de iniciativas impulsadas desde el Ejecutivo como, el plan Energía + Mujer del Ministerio de Energía, pero también muchas otras que han surgido desde organizaciones privadas y desde las propias empresas que cada vez más han ido incorporando a sus planes de sostenibilidad y por tanto, a sus propios modelos de negocio, estrategias de equidad, diversidad e inclusión, que van de la mano de importantes cambios culturales y demandas transversales a nivel mundial, de las que el sector industrial y energético no puede quedar afuera.

¿Cuáles son los principales retos que crees que enfrentan las mujeres a la hora de acceder a empleos dentro del ámbito tecnológico?

Los principales retos tienen relación, en el plano estrictamente laboral, con la brecha salarial. Mientras que en el plano de la proyección está el acceso a las oportunidades de crecimiento y el derrumbe de los techos de cristal, la barrera invisible para avanzar en la carrera profesional hacia cargos de nivel gerencial. En el plano específico de la energía, el desarrollo de un perfil especializado en temáticas áridas que requieren formación y dedicación, lo que requiere de co-responsabilidad en el plano familiar y doméstico. Y, por último, la imperiosa necesidad de mayor participación en la creación de los negocios cuando una innovación pasa de la etapa del laboratorio o diseño.

Muchas innovaciones y nuevas tecnologías, claves para la transición energética, han sido descubiertas por mujeres, pero ellas no participan del escalamiento de éstas cuando deben universalizarse, porque las mujeres no acceden y desconocen el mundo financiero y de la creación de negocios, que es lo que permite dicho escalamiento.

¿Qué se podría hacer para que el porcentaje de mujeres dentro de la industria tecnológica sea más elevado?

El acceso a la especialización y dedicación que requiere la industria tecnológica no se logrará para mujeres si la sociedad no internaliza la co-resposabilidad de la familia y los deberes domésticos. Si seguimos en el modelo, mujer trabajadora o profesional, pero que además asume el 100% de las tareas familiares y domésticas, tendremos menos oportunidad de desarrollar tecnología e innovación desde el aporte de las mujeres y más probabilidades de tener mujeres sobre exigidas y cansadas, al punto que se pregunten si todo lo que hacen en el plano profesional tiene sentido. Por eso, el tema es cultural, de roles, de oportunidades de especialización, de justicia en los accesos. Queda mucho en este ámbito.

Como industria debemos seguir aportando y participando en iniciativas que impulsen la participación de las mujeres. Este año desde ACERA seguiremos trabajando con nuestras empresas asociadas y con la mesa público-privada “Energía +Mujer” del sector, con un plan de acción claro y definido en temas como corresponsabilidad, brecha salarial, liderazgo y desarrollo de carrera, capacitación y difusión, entre otros. Destaco, por ejemplo, que recientemente ACERA recibió el Sello IPG por paridad de género -alianza del Banco Mundial y el Ministerio del Trabajo- siendo la primera institución del sector energético en lograr este reconocimiento. Creemos que debemos seguir por ese camino y esperamos que más empresas sigan sumando sus acciones.