La COP26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, tuvo lugar en Glasgow a principios de noviembre. Ahora está muy claro que las acciones necesarias para mitigar el cambio climático se están convirtiendo en una prioridad importante entre los líderes mundiales. Si bien el evento fue noticia sobre el cambio climático en todo el mundo, no debemos perder de vista otros imperativos ambientales, como la creciente impaciencia hacia los desechos, el daño ecológico y el uso excesivo de los preciosos recursos naturales causados ​​por el consumismo y la industrialización.

Solo debemos ser testigos de las imágenes de bosques diezmados, ríos contaminados y montones cada vez más grandes de desechos plásticos para comprender realmente que la sociedad se dirige rápidamente hacia una rebelión de actitudes, y la industria va a estar de lleno en la línea de fuego.

Por lo tanto, los fabricantes ya deberían ser muy conscientes de que el centro de atención se centrará cada vez más en ellos. La culpa recaerá sobre ellos, no solo a través de los lentes de los gobiernos, sino también de los consumidores y la sociedad en general, así como de sus clientes. Ahora debería ser el momento en que todos los fabricantes (desde íconos de marcas globales hasta pequeñas operaciones de una sola planta) reconozcan que las operaciones de fabricación sostenibles son fundamentales para su éxito futuro y la reputación de su marca.

Sostenibilidad en la fabricación

Los últimos 18 meses han visto a los fabricantes experimentar un período de incertidumbre, con la pandemia y el Brexit revelando la fragilidad generalizada de la cadena de suministro y demanda. Con la inflación comenzando a aumentar considerablemente, seguramente aún habrá más incertidumbre y volatilidad por venir.

Es innegable que la cobertura sobre el cambio climático ha estado dominando nuestras pantallas de televisión y las portadas de los periódicos en los últimos tiempos. Esto ha resultado en que tanto los consumidores como las marcas presten más atención al impacto ambiental de los productos y servicios. El auge de las redes sociales ha facilitado que los consumidores expresen sus preocupaciones sobre industrias y empresas consideradas culpables de irresponsabilidad ambiental, y algunos activistas incluso organizan boicots contra organizaciones en circunstancias extremas. Esta presión hacia la fabricación responsable y sostenible solo va a crecer y, por lo tanto, será cada vez más importante que las organizaciones sean transparentes en su respuesta.

Tener un sistema de producción productivo y eficiente siempre ha sido un aspecto importante de las operaciones de fabricación, con el objetivo de asegurar las ganancias, el crecimiento y el valor de las partes interesadas. Sin embargo, si un producto no cumple con las especificaciones correctas, se desecha o se desperdicia. Si bien muchos fabricantes reconocen que tiene un impacto negativo en el rendimiento, los recursos no utilizados que se dedican a fabricar ese producto en primer lugar también se desperdician, ya sean recursos humanos, maquinaria o desgaste de herramientas, energía y recursos naturales o materias primas. Si bien este enfoque de la calidad es importante para garantizar que las organizaciones continúen operando bien y mantengan contentos a sus clientes, su mentalidad debe evolucionar para comprender también cómo ese desperdicio está afectando la huella ambiental general de sus operaciones.

Actúe ahora para cosechar recompensas futuras

Los líderes mundiales están discutiendo y estableciendo objetivos sobre cómo reducir el impacto de las implicaciones ambientales, pero no se puede decir lo mismo dentro de la industria manufacturera. De hecho, una encuesta reciente reveló que dos quintas partes de los fabricantes del Reino Unido operan sin una política de sostenibilidad. A menudo, los fabricantes consideran que el costo y el tiempo son una barrera para lograr una operación más sostenible, pero con la tecnología adecuada, es posible.

Para que los fabricantes realmente tengan un impacto, deben repensar no solo cómo diseñan sus productos, sino también cómo diseñan, administran y monitorean sus procesos de producción de principio a fin. Pero tampoco deben pasar por alto cómo, al optimizar sus procesos de producción para minimizar los desechos y maximizar la eficiencia y la productividad, también contribuirán significativamente a la mitigación de las repercusiones ambientales negativas.

Existe una gran oportunidad potencial para que los fabricantes utilicen la tecnología en su beneficio. Por ejemplo, durante la pandemia de Covid, las fábricas en muchos países cerraron o redujeron su capacidad debido a las restricciones de cierre. Esto proporcionó tiempo para que los fabricantes invirtieran en sus iniciativas de transformación digital. Aquellos que eligieron invertir lo hicieron porque sabían que mejorarían las operaciones y aumentarían la eficiencia, lo que a la larga aumentaría las ganancias. Esta misma tecnología puede y debe usarse ahora para tomar decisiones operativas sostenibles. A su vez, el uso de nuevas tecnologías permitirá a los fabricantes desentrañar la complejidad de sus procesos y les dará suficiente visibilidad para garantizar que puedan tomar decisiones cómodamente en todos los niveles dentro de sus operaciones.

Las ganancias ya no están a la vanguardia de la transformación digital

La transformación digital se ha convertido en un tema importante en la fabricación actual, especialmente dentro de las operaciones de planta donde los procesos obsoletos y heredados continúan dominando.

El impulso hacia la optimización de la eficiencia y la productividad de la fabricación ya no debe centrarse únicamente en el rendimiento y las ganancias, sino que también debe girar en torno a la sostenibilidad, con prácticas sostenibles al frente de la estrategia de transformación digital de cualquier fabricante.

Los temas del cambio climático y la responsabilidad ambiental no van a desaparecer, sino que se volverán más frecuentes y urgentes. El paso más importante para los fabricantes es tomar medidas reales y cambiar la forma en que operan. Replantear cómo se perciben la digitalización y la fabricación inteligente a través de la lente de la sostenibilidad es, en mi opinión, uno de esos pasos críticos.


Por Jason Chester, director de programas de canales globales en InfinityQS