El cambio disruptivo que supone la llegada del 5G es fácilmente comparable con grandes hitos históricos relacionados con la evolución de la forma de producir y el desarrollo empresarial. No es solo un paso tecnológico; significa la expansión de un universo de posibilidades como las acontecidas antaño con el desarrollo de la primera generación de comunicaciones inalámbricas o el impacto irreversible de la revolución industrial. Nos encontramos en los primeros pasos de un gigante que ya ha marcado un antes y un después.
En el apartado técnico, esta nueva generación de redes permite velocidades significativamente más altas que sus predecesoras (alcanzando velocidades de 20GBps de downlink), menor latencia (1ms unidireccional en la interfaz aérea), más dispositivos conectados de forma simultánea (hasta un millón por kilómetro cuadrado), mejor movilidad (hasta 500 kilómetros por hora) y una mayor eficiencia energética de la red.
Innovaciones que, hasta hace no mucho, únicamente estaban reservadas para las películas y cómics de ciencia-ficción como son la conducción autónoma, las Smart Cities o la asistencia sanitaria remota, ahora gozan de conexión a la red y lo conocemos como Internet de las Cosas (IoT).
En Equinix después de más de veinte años en la vanguardia de la innovación tecnológica, sabemos que siempre queda camino por recorrer y nuevos hitos que alcanzar. La tecnología 5G seguirá avanzando en su camino hacia la transformación de nuestra forma de hacer negocios, de disfrutar de nuestro ocio y de, al fin y al cabo, estar más interconectados para un estilo de vida en el que la información necesita estar aquí y ahora. Y ese siguiente paso apunta a la creación de una red central de 5G totalmente virtualizada en lugar de la actual radiofrecuencia.
Saltar desde la nube para aterrizar en el Edge
El paso de una red 4G a 5G supone el más grande dado hasta la fecha —mucho más grande que del 3G al 4G y las evoluciones anteriores—; es el que abre las puertas a poder ofrecer tecnologías y casos de uso mucho más avanzados. La tecnología 5G en pleno desarrollo permitirá impulsar infraestructuras cloud, redes definidas por software (SDN) y funciones de red virtualizadas (NFV), mejorando de esta forma la agilidad y disminuyendo el coste de despliegue de estos entornos. De esta forma, se podrá cumplir con uno de los requisitos que tienen muchas de las aplicaciones más innovadoras dependientes del desarrollo del 5G: la capacidad de responder en tiempo real. La inmediatez es un objetivo que solo puede ser logrado minimizando la latencia, aumentando el ancho de banda, incrementando la capacidad de almacenamiento seguro y la posibilidad de procesar información en el edge de forma rápida y cercana, tanto a la fuente de creación como a la de consumo de datos.
El 5G será la llave para que las infraestructuras virtualizadas puedan desplegarse junto a los puntos de interconexión de las principales ciudades y hacer así posibles soluciones de IoT, Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Inteligencia Artificial o Machine Learning. El Edge Computing y el 5G se convertirán así en un tándem de la innovación, donde el gran valor del Edge Computing residirá en su capacidad de actuar como facilitador para poder obtener el máximo rendimiento a las posibilidades de esta nueva generación de comunicaciones.
Un crecimiento exponencial de datos
Para muchos, “el dato” se está convirtiendo en uno de los mayores activos que tienen las empresas, un verdadero tesoro; pero muchos también olvidan que su valor solo reside en la capacidad que se tenga de almacenarlo, analizarlo y generar valor añadido con nueva información. Aquí entra en escena la interconexión, que, al utilizar redes directas y privadas, permite que las empresas puedan procesar y analizar esos datos a través de instalaciones on-premise o en la nube de forma segura y de acuerdo con las normativas vigentes.
Muchas de las aplicaciones que van a beneficiarse de la llegada del 5G tendrán que afrontar un crecimiento exponencial en el volumen de datos que deben ser transferidos, analizados y almacenados. En este contexto se convierte en fundamental la figura del data center para servir como infraestructura que permita almacenar e interconectar dichos datos, facilitando que las empresas puedan desarrollar sus operaciones de negocio de la forma más eficiente y con garantías.
En este sentido, Equinix permite a las empresas operar en el edge desde cualquier lugar del mundo gracias a su huella global que abarca más de 56 mercados con más de 210 data center interconectados. Gracias a esta presencia global, Platform Equinix junto con servicios como ECX Fabric o Network Edge, facilitan esa tan ansiada capacidad global de interconexión y permite a las empresas escalar sus operaciones y adecuarlas a las nuevas posibilidades que nos brinda el 5G.
En solo una década, hemos pasado de un puñado de empresas de nicho apostando por los entornos cloud a que se convierta en una prioridad para negocios de todos los volúmenes y sectores. El 5G plantea una nueva revolución como ya lo hizo el cloud y es el momento de que las compañías evalúen, inviertan y apuesten por lo último en arquitecturas de TI. Es el momento de no quedarse atrás.