La digitalización acelerada a la que se han sometido las empresas en los dos últimos años ha elevado el valor de la industria española de IA. De hecho, de acuerdo con el reciente informe “Inteligencia Artificial como palanca de generación de valor. Madurez del mercado en España”, elaborado por IDC y patrocinado por Plain Concepts, se estima un crecimiento interanual del 27% para el periodo 2020-2025 y una cifra de mercado de 1.400 millones de euros para 2025.

Estos datos confirman el creciente interés de las organizaciones en España a desarrollar proyectos de IA. Sin embargo, la cultura empresarial en nuestro país y la ausencia de estrategias especializadas para IA constituyen barreras importantes que frenan esta progresión. De acuerdo con Eduardo Obregón, Account Manager de Plain Concepts, las empresas en España presentan dos limitaciones clave: las expectativas poco realistas y la incertidumbre.

Expectativas respecto a la IA

La falta de visión de las compañías a nivel general respecto a la estrategia de IA provoca que los cargos de responsabilidad de las empresas en España tengan a menudo expectativas erróneas sobre las capacidades de esta tecnología, la aplicación correcta para su negocio y el éxito que se espera de sus resultados. De manera habitual, estas expectativas son demasiado elevadas a causa de la noción popular de que la IA es una solución tecnológica que resuelve cualquier problema independientemente de su naturaleza.

Por otro lado, aquellas empresas que mantienen expectativas realistas suelen carecer de una estrategia global que tenga en cuenta los datos y la infraestructura, dos elementos inherentes a la IA. Para que la IA tenga sentido, requiere el tratamiento de datos de buena calidad y una infraestructura adecuada que los soporte y que permita integrar datos de distintos orígenes y analizarlos en conjunto.

En este contexto, los partners tecnológicos de las empresas tienen la misión de analizar las necesidades concretas de cada una de ellas y evaluar las posibilidades que les ofrece la IA para impulsar las distintas áreas de su negocio. A nivel empresarial, la IA aporta valor principalmente a la hora de abordar tareas repetitivas, complejas o peligrosas para el ser humano. Asimismo, mejora las prestaciones respecto a cálculos, revisiones de calidad o modelos predictivos, entre otras funciones.

Necesidad de un cambio cultural

La incertidumbre es una de las características propias de los proyectos de IA y, por consiguiente, un motivo de rechazo para muchas empresas que operan en España. La cultura empresarial española tiende a valorar mucho el control sobre los proyectos y el establecimiento de un ROI sólido y transparente. El alto grado de incertidumbre sumado a la falta de paciencia para dedicar el tiempo necesario para acometer proyectos de IA son un lastre importante para el progreso tecnológico.

Según Eduardo Obregón, “A las empresas españolas les cuesta trabajar con la incertidumbre, pero hay que saber hacerlo porque la incertidumbre está directamente vinculada al éxito y a poder conseguir cosas diferentes que aún no están hechas. No podemos pretender ser innovadores y al mismo tiempo tenerlo todo atado. Tiene que darse un cambio cultural, que se está produciendo, pero no a la velocidad necesaria”.

Otra barrera de carácter cultural para el crecimiento del mercado de la IA en España es el trabajo en silos. Se trata de un error general en todas las empresas, no solo en el campo de la IA. Las organizaciones españolas no terminan de comprender cuál es la esencia del trabajo en equipo. Sin embargo, en la actualidad cualquier acción estratégica demanda que se trabaje en equipos multidisciplinares y que las distintas áreas de las empresas estén vinculadas en los proyectos.