El proveedor japonés de telecomunicaciones NEC ha completado la instalación del primer cable submarino de fibra óptica que cruza el Atlántico Sur y conecta África con las Américas, dos años después de comenzar el proyecto.
El sistema, llamado SACS y encargado por el operador de telecomunicaciones africano Angola Cables, une Luanda en Angola con Fortaleza en Brasil, prometiendo reducir la latencia –desde 350 ms hasta 63 ms– y los costes de tráfico entre los dos continentes, al tiempo que aumenta cinco veces las velocidades de transferencia de datos .
Se espera que el nuevo sistema de cable impulse las economías de África y América del Sur, acelerando enormemente los intercambios de datos entre los dos continentes, que previamente tenían que enrutar sus comunicaciones a través de Europa.
Más allá de las mejoras de conectividad obvias, el cable aligerará la carga en las rutas de fibra óptica entre los Estados Unidos y Asia también, reduciendo a la mitad la latencia entre Miami y Ciudad del Cabo.
El CEO de Angola Cables António Nunes dijo que la ambición de la compañía era "transportar paquetes de datos sudamericanos y asiáticos a través de nuestro hub africano utilizando el cable SACS, junto con Monet y WACS, brindando una opción de conectividad directa más eficiente entre Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica y África, Europa y Asia".
"Al desarrollar y conectar ecosistemas que permiten el intercambio local de tráfico IP a nivel local y regional", continuó, "la eficiencia de las redes que sirven al hemisferio sur se puede mejorar enormemente. A medida que avancen estos desarrollos, tendrán un impacto considerable para el futuro crecimiento y configuración del Internet global".