Los daños a los cables submarinos en el Mar Báltico en los últimos meses han sido probablemente resultado de accidentes marítimos, no de un sabotaje ruso, según varios funcionarios de inteligencia estadounidenses y europeos.

Según ha informado The Washington Post, funcionarios estadounidenses y europeos han reunido evidencia -incluidas comunicaciones interceptadas- que han concluido que las anclas fueron arrastradas a través del lecho marino accidentalmente debido a tripulaciones inexpertas a bordo de embarcaciones mal mantenidas.

Un funcionario europeo ha sostenido que existen pruebas que sugieren lo contrario, sin embargo, funcionarios estadounidenses y europeos se han negado a dar más detalles sobre la situación.

Tampoco está claro qué funcionarios participaron en las investigaciones, ya que hablaron con la publicación bajo condición de anonimato.

A finales del año pasado, se cortó el cable submarino Estlink 2 entre Finlandia y Estonia. Casi al mismo tiempo, se cortaron tres cables de Internet que conectaban a los dos países y también se cortó un cuarto cable de fibra óptica entre Finlandia y Alemania.

Se cree que Rusia estaba detrás de los cortes de cables. Las autoridades finlandesas incluso incautaron el buque Eagle S, que transportaba petróleo ruso, a finales de diciembre bajo sospecha de estar detrás de los cortes de los cables.

Poco antes, en noviembre, investigadores internacionales sospecharon que la tripulación de un barco chino había arrastrado deliberadamente un ancla para cortar dos cables submarinos en el mar Báltico.

La situación en el Mar Báltico provocó una respuesta de la OTAN, que lanzó un nuevo programa militar para fortalecer la infraestructura submarina en la región a principios de este mes.