La International Development Finance Corporation (FDC), una institución financiera del gobierno de Estados Unidos, se ha ofrecido a financiar el cable submarino de Chile, que pasará por Nueva Zelanda y Australia, y tendrá un enlace final en Japón.

Pamela Gidi, subsecretaria de Telecomunicaciones, comentó que la dependencia ya había recibido una manifestación de interés por parte de FDC y se encuentra conversando con todas las firmas interesadas en participar, para definir si el proyecto encaja en los criterios de financiamiento.

En julio, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones anunció que el cable submarino no tendrá conexión con Shangai, China, para llegar a Asia, sino que lo más factible será atravesar Oceanía. En un principio, la ruta china era la mejor opción y se habían llegado a acuerdos de entendimiento con el gobierno de ese país.

“Estamos dando un gran paso. Esta es la primera iniciativa que permitirá conectar a la región con Oceanía y, finalmente, con Asia, abriendo enormes oportunidades para que Chile se convierta en el Hub Digital de Sudamérica”, dijo la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt.

Para algunos, la construcción era denominada como “el cable de Huawei”, ya que era esa empresa una de las que más empujó el proyecto. Si bien China no ha comentado nada, algunos diplomáticos alertan que el país asiático podría reconsiderar varios aspectos de su relación con Chile. Además de advertir los riesgos de “amarre” de Chile con tecnología norteamericana. Sin embargo, el gobierno chileno justificó su elección con base en los resultados de un estudio de factibilidad elaborado por Telecommunications Management Group y de WFN Strategies LLC, el cual arrojó que Oceanía sería una conexión más económica y viable operativamente.

La longitud del cable en la ruta con Oceanía tendrá alrededor de 13.180 kilómetros y se montará a su vez en sistemas de cables ya existentes en Australia, alcanzando a Japón. Se espera que esté listo para ofrecer servicios en 2022.