Latinoamérica está atravesando un momento crucial en su evolución digital, y acompañar esta transformación tecnológica implica una creciente necesidad de mejorar y expandir su infraestructura de conectividad. La región, diversa en términos de economía y geografía, enfrenta el desafío de integrar nuevas tecnologías como 5G, edge computing e inteligencia artificial. A medida que el tráfico de datos aumenta y las empresas dependen más de servicios en la nube, la infraestructura de conectividad y los Data Centers juegan un papel central para garantizar que esta transformación ocurra sin barreras.

Mientras Brasil y México se consolidan como importantes hubs digitales, países como Colombia, Chile, Perú, Argentina y varias naciones de Centroamérica y el Caribe también están ganando espacio en esta revolución tecnológica. La expansión de cables submarinos y redes terrestres no solo está mejorando la latencia y la calidad de los servicios en las principales economías, sino que también está abriendo oportunidades para que estas naciones emergentes reduzcan la brecha digital y fortalezcan sus infraestructuras. Con un aumento sostenido de inversiones, estos países están experimentando una aceleración en su digitalización, posicionándose como nuevos actores clave en el crecimiento tecnológico de la región.

Una de las principales empresas responsables de la infraestructura de conectividad en la región es Telxius, que suma más de 100.000 kilómetros de cables submarinos y backhauls terrestres, además de cerca de 100 PoPs en 17 países. Dante Pinto, Colocation Product Manager, destaca la ampliación de los sistemas de cables de la empresa como una evidencia de la transformación digital en la región:

“Lo cierto es que estamos observando un gran dinamismo en todos los mercados de Latinoamérica. Varios países de América Latina y el Caribe van a experimentar un rápido crecimiento de los servicios en la nube en un futuro próximo, lo que también los sitúa en primera línea. Telxius ha mantenido históricamente un gran foco en impulsar las comunicaciones en la región, y sigue mostrando su compromiso a través del despliegue de cables de última generación como Tikal, Firmina y Mistral, que permiten conectar los principales hubs digitales.”

Tradicionalmente, la mayor parte de la infraestructura submarina se ha centrado en conectar ciudades portuarias clave en las que se construían estaciones de amarre de cable tradicionales. Sin embargo, según Dante Pinto, hoy en día resulta fundamental establecer una conexión eficaz entre los Data Centers mediante una combinación de cables submarinos de fibra óptica de última generación, conexiones terrestres y Data Centers carrier neutral:

“Estamos asistiendo a un aumento de las estaciones de amarre de cables que además albergan centros de datos, ofreciendo servicios de colocation de primera calidad. Los cables submarinos, junto con los centros de datos ubicados estratégicamente cerca de esta infraestructura, representan una opción atractiva para los clientes que buscan diversificar el riesgo de sus operaciones. Esto les permite distribuir el procesamiento de datos en distintas ubicaciones sin comprometer significativamente la latencia en la comunicación entre servidores, incluso si están separados por varios kilómetros.”

Mientras que Brasil y México avanzan como protagonistas en Latinoamérica, otros mercados emergen en el proceso de transformación digital con despliegue de nuevas infraestructuras y anuncios de grandes inversiones. Chile, Colombia, Perú y Argentina se destacan por su potencial de crecimiento en el sector.

Recientemente, Cirion anunció la implementación de un nuevo cable submarino, el SAC 2, que conectará Argentina, Brasil y Estados Unidos. Según Leonardo Barbero, presidente de conectividad de Cirion, el cable submarino contará con una capacidad inicial de 18 TB y entrará en operación en el primer trimestre de 2025.

La empresa también anunció la construcción de un nuevo Data Center en Buenos Aires y la expansión de la capacidad de la unidad existente en la capital argentina. Además, está construyendo dos nuevas instalaciones en Chile y Perú, con 20 MW cada una.

Según líderes del sector consultados en el estudio de mercado de DCD, los países emergentes con las mejores condiciones para construir Data Centers en Latinoamérica son Chile (17.13%), Colombia (10.11%), Argentina (5.62%), Perú (5.06%), Uruguay (4.49%) y Costa Rica (3.65%). Esta realidad se refleja en las tendencias de inversión en infraestructura de conectividad, que muestran un creciente interés en estos mercados emergentes.

Con ubicación estratégica, Colombia juega un importante papel en la región en términos de conectividad. El país también está en los planes de expansión de Telxius: “Colombia tiene una posición geográfica privilegiada al contar con dos costas, el Mar Caribe y el Océano Pacífico, que la convierten en un punto de conexión ideal para que todo tipo de plataformas de contenidos operen en Latinoamérica desde cualquier parte del mundo. Dado que Colombia es un hub emergente clave en la región, lo estamos siguiendo de cerca y considerando la extensión de Tikal a Barranquilla”, afirma Dante Pinto.

Centroamérica, zona estratégica de conexión

La aceleración de las inversiones en el proceso de digitalización en los mercados emergentes también se nota en Centroamérica, según Carlos Arriaza, Gerente General en

Back Office Smart Solution: “La región era un mercado poco explorado, y ahora ya vemos varias empresas brindando los servicios. Definitivamente, la pandemia proyectó este negocio y la necesidad de las empresas de esa transformación digital que previamente no se buscaba. Hoy ya deja de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Muchas empresas que no tienen la capacidad de entregar estos servicios con infraestructura propia están buscando Data Centers y capacidad, dónde alojarse y dónde tener sus equipos protegidos para poder ofrecer sus servicios sin interrupciones”.

María Waleska Álvarez, CEO en Nap del Caribe, resalta la neutralidad como una prioridad: “La conectividad es medular, es esencial para poder hacer funcional a los centros de datos, porque no podemos hacer nada teniendo grandes bunkers o fortalezas de tecnología, de datos, de servidores, de equipamiento, si no podemos asegurar la interconexión entre esos centros de datos y sus usuarios internos y externos. También tengo que mencionar la relevancia del tema de la neutralidad. Hoy en día, depender de un solo proveedor o de dos o tres proveedores de telecomunicaciones puede complejizar muchísimo una operación”.

Luis Carlos Rojas Kruse, Regional Operations Manager en UFINET, coincide al destacar la relevancia de la neutralidad: “La parte terrestre es súper relevante porque necesitamos gran redundancia, múltiples rutas y una estabilidad que nos permita baja latencia y que nos ofrezca esa redundancia, de modo que, en caso de fallo, no tengamos ningún tipo de afectación. Debemos tener redes robustas y redundantes, y la neutralidad también es muy importante. No podemos depender de un solo operador. Tenemos que entender que, así como hay varios centros de datos, también hay múltiples alternativas de conectividad, y algunos clientes lo solicitan”.

Los desafíos de la transformación digital

Al igual que coinciden en constatar la velocidad acelerada del desarrollo de las infraestructuras de conectividad, los líderes del sector también concuerdan al señalar los principales desafíos, que pueden variar en cada país de acuerdo con sus particularidades. Uno de ellos es la falta de redes de fibra óptica en ciudades secundarias, lo que sigue limitando el acceso a una conectividad de calidad, especialmente en áreas alejadas de los grandes centros.

En términos energéticos, algunos países carecen de fuentes renovables o de capacidad de aprovisionamiento: “Existe la limitación en el suministro eléctrico. Está llegando ya a su límite. Es fundamental realizar los estudios necesarios para garantizar que la zona donde el centro de datos esté ubicado cuente con la capacidad energética”, afirma Carlos Arriaza.

Otro reto es la falta de talento especializado en tecnologías emergentes, lo que dificulta el desarrollo del sector. A esto se suma la regulación deficiente, que no logra adaptarse al ritmo de la transformación digital. Sin embargo, la tendencia es que la infraestructura de conectividad continúe evolucionando en los países emergentes, donde ya se ven inversiones que buscan cerrar estas brechas.

A pesar de estos retos, la tendencia de crecimiento es notable. En los últimos años, los mercados emergentes de Latinoamérica han mostrado avances importantes en su digitalización. Con la superación de estos desafíos, la región tiene el potencial de consolidarse como un jugador clave en el ámbito digital global, impulsando una mayor competitividad y desarrollo económico.