En un tiempo en el que la sostenibilidad se convirtió en el eje estratégico de muchas empresas, en que los gobiernos del mundo se reúnen para definir políticas de largo plazo relacionadas con la emisión de carbono y el calentamiento global y en que hasta los consumidores buscan relacionarse con empresas responsables, alcanzar la eficiencia energética del centro de datos deja de ser una opción y se convierte en un imperativo.
En este sentido, PS Advisoring, empresa especializada en el diseño, el asesoramiento, la puesta en marcha y el soporte de salas de tecnología de la información que forman parte de los ambientes de misión crítica en empresas de telecomunicaciones, bancos y financieras, manufactureras, pymes, proveedoras de servicios de electricidad, y compañías de petróleo y gas, brinda servicios de acompañamiento clave para que cualquier organización pueda impulsar la eficiencia energética de sus centros de datos: desde el análisis del estado y la capacidad de las instalaciones hasta el retiro de equipos en desuso, pasando por una evaluación del consumo y posterior diseño de las mejoras pertinentes.
Dentro de ese abanico de servicios destaca el apoyo para el logro de certificaciones como CEEDA (Certificación de Eficiencia Energética para Data Center) e ISO 50.001, que aseguran que la empresa cumple con las mejores prácticas en términos de eficiencia energética. La importancia de certificar radica en que es la mejor forma de explicitar el compromiso de la organización con la eficiencia energética: no se trata solo de palabras ni de una acción de marketing, sino de un esfuerzo concreto en pos de la sostenibilidad que puede ser corroborado por los entes reguladores en los diferentes países, los inversores que buscan empresas más “verdes” para sus portafolios, los analistas de mercado, los propios empleados y por supuesto, los clientes.
El camino hacia la certificación no está exento de obstáculos: la organización que encare este proceso debe evaluar el total de sus instalaciones para revisar el estado del panorama actual de la infraestructura e implementar las mejoras que hagan falta y generar un cambio cultural hacia un modelo sostenible, tanto a la hora de diseñar e incorporar nuevas tecnologías como en la responsabilidad por parte de todos los colaboradores para que usen de manera adecuada y cuidadosa el equipamiento y sus instalaciones. Sin embargo, las complejidades mencionadas nunca actúan como un impedimento: en líneas generales, el proceso se puede completar en tan solo doce semanas.
En contraposición con las barreras, los beneficios son muy numerosos: además del hecho de estar certificado en CEEDA y de lo que eso significa en el mercado de Centros de Datos, se accede a una serie de mejores prácticas, a marcos de evaluación para instalaciones nuevas y existentes, a análisis de impacto para conocer la mejora del rendimiento hasta un año después de la certificación y a recomendaciones para mejorar el desempeño de manera continua con un claro retorno de la inversión.
Seguramente muchas empresas ya comenzaron el camino hacia la eficiencia energética en sus centros de datos -o, al menos, lo están pensando-: porque es una vía para reducir costos, posicionarse en el mercado o alcanzar los propios objetivos sostenibles que se haya trazado la organización. La certificación es la garantía de que ese compromiso fue transformado en acción.