La unificación y consolidación de infraestructuras y tecnologías es, en determinados casos, más que una buena práctica, una decisión estratégica para seguir siendo rentable. Repsol lo tuvo claro cuando, tras la compra de la petrolera canadiense Talisman Energy en 2015 –en la que ha sido considerada como la mayor operación internacional realizada por una empresa española en los últimos cinco años–, pasó a tener cerca de 50 centros de datos en distintas ciudades del mundo, algunas de ellas con instalaciones duplicadas.
Fue entonces cuando la petrolera puso en marcha su ambicioso proyecto de consolidación de data centers, un requerimiento imprescindible dentro del programa de infraestructura y de integración TI de la compañía con el que buscaba una reducción de costes de 8 millones de euros hasta 2018. “El objetivo del proyecto no era solo mover y unificar centros de datos, sino también consolidar todos los silos tecnológicos que están dentro del data center: las redes, la seguridad, las comunicaciones unificadas, la computación y el almacenamiento”, señala Patricia Rodríguez, data center manager de Repsol.
El éxito de una iniciativa que tuvo que hacer frente a numerosos retos hizo que Repsol quedase finalista en la categoría “Mejor proyecto de transformación de data center” en los últimos DCD EMEA Awards, galardón que obtuvo finalmente la filial de Ericsson en Iberia. El caso de Repsol destaca, no obstante, por la gran envergadura del proyecto.
Una consolidación peculiar
En la estrategia de consolidación de infraestructuras de la petrolera, Madrid es el eje central: el modelo operativo ha sido centralizado en la capital española, desde donde se toman las decisiones y se marcan las líneas de trabajo, y los centros de datos de Madrid darán servicio al resto de data centers de Repsol en el mundo. El principal CPD de Talisman, ubicado en la sede de Calgary, Canadá, será también migrado a Madrid.
Son dos los centros de datos que Repsol tiene en la ciudad: uno primario en Tres Cantos, en un edificio propio de 1.500 m2, que es el más grande de todos los de la red; y otro de disaster recovery en Alcobendas, ubicado en Itconic.
No obstante, gestionar desde Madrid todo el proceso de consolidación ha supuesto desafíos extra. Por una parte, estaba el reto de la diferencia horaria para poder coordinar los equipos de diferentes países. “Llegábamos por la mañana y nos reuníamos con los equipos de Asia, a media mañana con Europa y por la tarde con América. Nuestro desgaste era brutal”, indica Rodríguez.
El idioma era también una dificultad añadida: como empresa española, debieron implantar el inglés para hablar con los equipos ubicados en otros países. Y en tercer lugar, tuvieron que hacer frente al reto del modelo operativo. “Hacía tan solo un año que Repsol había adquirido Talisman y la estrategia no estaba totalmente clara, no estábamos seguros de si la gestión iba a ser centralizada y no sabíamos qué iba a pasar con los equipos. Todo ello era muy sensible”, añade.
Migración por país
A estas peculiaridades se unía, además, la complejidad de contar con sedes duplicadas. Como relata la responsable, en algunos países tenían dos centros de datos en el mismo edificio pero en diferentes plantas; en otros países tenían data centers en edificios que se encontraban uno enfrente del otro; y en algunas ubicaciones, como Noruega, disponían de edificios en ciudades separadas por 600 kilómetros. En todos los casos, mantener la continuidad de servicio era un requisito indispensable.
Aunque cada situación era distinta, se estableció un esquema similar por países para llevar a cabo una migración cada dos fines de semana: el viernes se cortaban los servicios en un determinado país, se movían los equipos, se consolidaba la parte de redes, comunicaciones unificadas y seguridad y el lunes a primera hora el data center estaba de nuevo en operación. “Era vital seguir un plan de implementación secuencial por país, con foco en los requerimientos locales”, según explica Rodríguez.
A través de este plan bien especificado, del que todos los trabajadores involucrados tenían conocimiento, en todos los procesos de migración llevados a cabo por Repsol no se ha interrumpido el servicio más allá de los fines de semana dedicados a la operación.
Mirando al futuro
Si bien el proyecto de migración sigue en marcha y se prolongará hasta finales de año, desde la petrolera ya han calculado que con la consolidación de centros de datos podrán ahorrar más de un millón de euros.
Pero tras la fase inicial de movimiento de edificios y migración de data centers, la compañía se ha adentrado en una etapa estratégica para analizar cómo gestionar de forma global todos los centros de datos de aquí a 2020.
En esta segunda fase, la petrolera está trabajando en pasar de infraestructuras locales a centros de datos regionales. “Hemos hecho una clasificación de nuestros data centers y hemos trabajado con nuestro negocio de geociencias para tratar de dar servicio centralizado, de forma que hemos pasado a tener CPDs regionalizados. Es decir, los centros de datos de Madrid dan servicio a todo el mundo y los CPDs de América dan servicio a Norteamérica, Latinoamérica y APAC. Este proyecto no tiene exclusivamente un enfoque de consolidación, sino que es la nueva estrategia de centros de datos de Repsol”, concluye la directiva.