El concepto de transformación ha tenido una presencia integral en toda la trayectoria de la división de viajes de Grupo Barceló: desde su imagen de marca hasta la base tecnológica que le permite seguir ofreciendo servicios de calidad a 2,2 millones de pasajeros.

En el primer aspecto, la división conocida anteriormente como Viajes Barceló cambió en septiembre de nombre y pasó a llamarse Ávoris, con el objetivo de reflejar su transformación en un vertical completo especializado en viajes y vacaciones –incluyendo turoperadores y compañía aérea propia.

La evolución exponencial que ha experimentado Ávoris –en cuatro años ha quintuplicado la facturación corporativa, triplicado el personal y duplicado el número de puntos de venta– ha tenido también un impacto en la parte tecnológica.

Desde que en 2010 comenzara con su incursión en la virtualización y posteriormente en el cloud, la compañía no ha dejado de innovar para conseguir mayor flexibilidad, automatización e independencia del hardware. De la mano de Red Hat, Ávoris ha apostado por la contenerización y por la implantación de una PaaS, complementada con los servicios en la nube de AWS. 

 

Una carrera de fondo

La transformación tecnológica de esta empresa turística comenzó en 2008, cuando se realizó una migración desde un entorno mainframe hasta una plataforma x86, con servidores blade. “Esto nos daba una alta densidad de servidor en un espacio reducido, de modo que mientras casi todas las compañías crecían en espacio de data center, nosotros lo reducíamos”, indicó Gabriel Ramis, director de infraestructura de Ávoris, durante el evento Red Hat Forum Madrid 2017.

Una vez garantizada la alta disponibilidad del hardware, un año después la compañía consiguió una alta disponibilidad de aplicaciones. “Nos dedicamos a lograr que las instalaciones de los servidores físicos fueran desatendidas utilizando Red Hat”, añadió.  

En esa búsqueda de alta disponibilidad, desde Ávoris decidieron dar en 2010 el salto a la virtualización. Con la implementación de Red Hat Virtualization para consolidar los centros de datos que soportan su plataforma crítica de negocio, esta compañía ha logrado reducir el número de servidores y actualmente cuenta con 400 máquinas virtualizadas. Asimismo, en este periodo siguió focalizándose en optimizar las tareas de planificación y mantenimiento de servidores.

Desde ese punto, la evolución era lógica: a Ávoris le quedaba iniciarse en el cloud. En 2015 comenzó la incursión en esta tendencia, mediante la utilización de IaaS y SaaS para algunas bases de datos.

Con su plataforma totalmente virtualizada, desde la compañía habían conseguido estabilidad vertical y horizontal, además de una enorme flexibilidad. Pero fallaban en los requerimientos de automatización: “Aunque todas las fases estaban muy optimizadas, había una gran intervención manual –crear un nuevo servidor, dotarlo del hardware necesario, instalar el sistema operativo y el software requerido, etc–. Teníamos que evolucionar”, apuntaba Ramis.

 

La clave está en Docker

Según el directivo de Ávoris, era necesario un cambio para satisfacer las dos perspectivas que existen dentro de un departamento de TI: la parte de sistemas e infraestructuras y la parte de desarrollo.

“Teníamos que mitigar la amplitud de las ventanas de mantenimiento, debíamos ser capaces de absorber la estrategia de negocio de forma ágil y teníamos claro que el hardware se tenía que convertir en una commodity. Queríamos conseguir la independencia de infraestructuras”, apuntó.

Asimismo, todo ese tiempo que los administradores dedicaban a cambiar, analizar o revisar debía invertirse en funciones de mayor valor para la empresa. “Queríamos estar dimensionados para el tráfico en cada momento, por lo tanto teníamos que autoescalar dependiendo del tráfico y conseguir así un disaster recovery completo”.

El cloud fue un primer paso para satisfacer estas necesidades, pero desafortunadamente no las cubría todas, como es el caso de la independencia del hardware. La respuesta pasó entonces por la contenerización y el uso de una PaaS con Red Hat OpenShift. Esta contenerización permitió “el desacoplamiento del lugar: Docker funciona igual en cloud, en virtualización on premise o en el data center”, opinó Ramis.

Así, Ávoris ha pasado de un modelo on premise a un modelo cloud sobre Amazon Web Services (para la parte de IaaS y SaaS); ha evolucionado de un modelo de servidor virtual a un modelo de contenedor, con la posibilidad de autoescalado; y todo ello acompañado por una transformación en la parte de software, que ha cambiado el modelo de aplicaciones monolíticas a microservicios. “Aplicamos los dos modelos: uno PaaS con Red Hat, y otro IaaS y SaaS con AWS”, concretó.

Desde modo, desde la división de viajes han dado respuesta a sus requerimientos, ganando en innovación, agilidad en los despliegues, escalabilidad y alta disponibilidad, orquestación de aplicaciones y reducción de costes.