El imparable avance de la inteligencia artificial está impulsando una mayor demanda de servicios, lo que a su vez está llevando a una evolución significativa en la infraestructura de los data centers. Esta evolución es crucial para manejar el incremento de procesamiento y almacenamiento de datos que la IA requiere. Además, la transición desde la construcción hasta las operaciones de estos centros de datos debe ser gestionada de manera confiable para asegurar un rendimiento óptimo, ya que cada una de las fases de su vida útil tiene sus particularidades y requisitos especiales. Sin embargo, existen numerosos retos o problemáticas que impactan en dicha confiabilidad que deben ser abordados para mantener la continuidad del servicio y que serán objeto de análisis en este debate.