En la era de la transformación digital, los centros de datos y las redes de transmisión se han convertido en componentes indispensables de nuestro mundo cada vez más conectado. Esto queda claro en el crecimiento del mercado, que se prevé que aumente de 50 mil millones de dólares en 2021 a 120 mil millones de dólares en 2030.

Sin embargo, su papel crucial para facilitar nuestra vida digital puede tener un costo ambiental que debe tenerse en cuenta. Los centros de datos consumen cantidades sustanciales de energía debido a su extenso equipo informático, que incluye servidores, dispositivos de almacenamiento e infraestructura de red. Su funcionamiento continuo también genera una cantidad significativa de calor, lo que requiere sistemas de refrigeración que consuman mucha energía para mantener temperaturas óptimas.

El desafío de los centros de datos

Los centros de datos, que consumen mucha energía y crecen en tamaño y volumen, son, por lo tanto, una fuente clave de la creciente demanda de energía a nivel mundial. Un informe reciente de la AIE encontró que el consumo de energía de los centros de datos aumentó en más del 60 por ciento entre 2015 y 2021, y el uso de las redes de transmisión aumentó hasta el 60 por ciento. Satisfacer las crecientes demandas de energía es un obstáculo importante para los centros de datos y las redes eléctricas en las que están alojados y, de hecho, está planteando algunos desafíos para la industria. Algunos países están considerando imponer restricciones a las nuevas licencias de centros de datos debido a preocupaciones medioambientales (por ejemplo, el gobierno irlandés ).

Para mitigar eficazmente el impacto climático de los centros de datos, las mejoras en la eficiencia energética por sí solas son insuficientes. Es crucial que la industria dé prioridad a la adquisición de electricidad libre de carbono o con bajas emisiones de carbono para reducir las emisiones de Alcance 2 (electricidad, calefacción y refrigeración). Ya podemos ver que se está produciendo este cambio, con gigantes tecnológicos como AWS, Google y Meta (Facebook) entre los cinco principales compradores de energía limpia desde 2010. Los tres tienen importantes operaciones de centros de datos y han adoptado objetivos públicos ambiciosos que van más allá de los compromisos más comunes de cobertura 100 por ciento renovable, ya sea funcionando con electricidad libre de carbono las 24 horas del día en todas partes (es decir, 24 horas al día, 7 días a la semana) o invirtiendo en proyectos en todo el mundo que puedan garantizar que se eviten emisiones a gran escala y rentable (es decir, las emisiones primero).

Las soluciones: CFE 24/7 o estrategias de emisiones evitadas

Estas empresas líderes han adoptado estos objetivos porque reconocen que las técnicas actuales de adquisición de energía renovable no son suficientes para descarbonizar completamente sus operaciones. Un informe reciente de McKinsey & Co. encontró que un PPA solar, que permite afirmaciones de “100 por ciento renovable”, en realidad solo reduce las emisiones para el comprador entre un 40 y un 50 por ciento, debido a la disponibilidad intermitente de energía solar. Nuestra propia investigación ha demostrado que las organizaciones podrían estar informando menos de la mitad de sus emisiones utilizando los principios contables actuales de Alcance 2 en comparación con lo que se informaría utilizando un enfoque más granular con requisitos de origen de tiempo y ubicación más estrictos.

CFE 24 horas al día, 7 días a la semana es una estrategia que implica satisfacer la demanda de electricidad de los compradores de energía cada hora de cada día, con los correspondientes recursos libres de carbono dentro de su red eléctrica local. Ha sido definido por el Pacto de Energía Libre de Carbono 24 horas al día, 7 días a la semana, de las Naciones Unidas, como “el estado final de un sistema eléctrico totalmente descarbonizado y un enfoque transformador para la adquisición, el suministro y el diseño de políticas de energía”. La estrategia implica el uso de datos granulares sobre el tiempo y la ubicación de la producción de energía para hacer coincidir la producción local cada hora con su consumo de energía.

Alternativamente, el enfoque Emissions First se centra en maximizar el evitar las emisiones por dólar invertido contribuyendo a la descarbonización de las redes, independientemente de dónde se lleven a cabo realmente las operaciones de la empresa. En la práctica, esto significa que, en lugar de centrarse únicamente en suministrar electricidad limpia a sus instalaciones, el énfasis está en reducir las emisiones a una escala más amplia y hacerlo de la manera más rentable posible. Este enfoque también implica brindar a los compradores de energía limpia acceso a los datos más precisos y granulares posibles para maximizar el impacto de sus inversiones en la reducción de emisiones.

Desafíos específicos para diferentes tipos de centros de datos

Los diferentes tipos de centros de datos tienen diferentes niveles de autonomía y opciones cuando se trata de adoptar enfoques de adquisición de energía más conscientes del carbono, como los descritos anteriormente.

Por ejemplo, los centros de datos a hiperescala son instalaciones muy grandes que respaldan las necesidades informáticas de las principales empresas de Internet, plataformas de redes sociales y proveedores de servicios en la nube. Debido a que consumen mucha electricidad, los centros de datos a hiperescala están en una buena posición para firmar acuerdos que se centren en la reducción de emisiones.

Los centros de datos de colocación, por otro lado, son instalaciones donde varias organizaciones pueden alquilar espacio para sus servidores e infraestructura de TI. El centro de datos proporciona energía, refrigeración y seguridad, mientras que las organizaciones administran sus propios equipos. Los centros de colocación no siempre tienen control sobre su suministro de electricidad ni la capacidad de firmar sus propios contratos de energía. Sin embargo, al utilizar información basada en datos sobre contratos, certificados y emisiones de energía, aún pueden mejorar sus servicios a los clientes. Esta información también permite a los usuarios del centro de datos tener una mejor visibilidad de su uso de energía y sus emisiones, lo que les ayuda a hacer afirmaciones más precisas sobre su impacto ambiental. Al utilizar estos conocimientos, los centros de datos de colocación pueden mejorar la satisfacción del cliente y contribuir a los esfuerzos de sostenibilidad.

En conclusión, los centros de datos son cruciales para nuestro mundo conectado, pero plantean desafíos ambientales debido a su consumo de energía. Para abordar estos desafíos, la industria debe priorizar la adquisición de electricidad con bajas emisiones de carbono, como energía libre de carbono (CFE) 24 horas al día, 7 días a la semana, o estrategias de emisiones evitadas. Gigantes tecnológicos como AWS, Google y Meta ya han dado pasos en esta dirección. Los diferentes tipos de centros de datos enfrentan desafíos específicos, pero al aprovechar los conocimientos basados ​​en datos, pueden mejorar los servicios, mejorar la sostenibilidad y contribuir a una infraestructura digital más ecológica.