La Unión Europea ha adoptado medidas significativas para enfrentar dos desafíos cruciales en la actualidad: el crecimiento en la demanda de electricidad y la urgente necesidad de reducir las emisiones de carbono. En este contexto, la Directiva de Eficiencia Energética (EED) emerge como un hito clave dentro de la Estrategia Digital Europea. Esta directiva no solo busca abordar estos desafíos, sino que también tiene como objetivo mejorar la eficiencia energética en un sector crítico: los Data Centers.

En esta breve entrevista, Manuel Giménez, Director Ejecutivo de SPAINDC, adelanta algunos puntos sobre la nueva Directiva de Eficiencia Energética que serán ampliamente debatidos en la próxima edición del DCD>Connect Madrid, el mayor evento del sector de Data Center del sur de Europa.

En un esfuerzo por abordar el crecimiento en la demanda de electricidad y reducir las emisiones de carbono en el continente, la Unión Europea adoptó la Directiva de Eficiencia Energética (EED) como parte de la Estrategia Digital Europea. ¿Cómo valoras esta directiva? ¿Ha llegado en el momento adecuado?

La Directiva, y su posterior Reglamento de aplicación, siguen la senda de lo ya autorregulado, antes, por el sector de los centros de datos a través del EU Neutral Data Centre Pact.

En este sentido, la Directiva incorpora las preocupaciones y prioridades del sector del data center desde hace varios años.

El problema existe, entendemos, con la forma de regulación concreta que se ha escogido. De momento, hay conceptos muy básicos como la definición de data center - que nos se aclara - u otros, como el tipo de información que cada compañía debe facilitar a la Comisión Europea, que no están claros y que, por tanto, es muy difícil que puedan ser aplicados de forma que la información sea útil.

¿Con qué requisitos llega esta directiva?

La Directiva tiene como objetivo reducir el uso de energía en Europa en un 11,7% para 2030, para ayudar a cumplir el objetivo del Acuerdo Verde de la UE de una reducción del 55% en las emisiones de carbono para esa misma fecha. Se espera que los centros de datos se vuelvan más eficientes, siendo el primer paso la presentación de informes obligatorios sobre uso de energía y emisiones. En principio, estarán cubiertos los centros de datos que superen los 500 kW, aunque estamos en conversaciones para que este umbral se reduzca a 100 kW, pues son las instalaciones que tienen más margen de mejora.

¿En qué situación se encontraban los data centers cuando llegó esta directiva? ¿Estaban preparados para cumplir con los requisitos de la EED o han tenido que hacer grandes esfuerzos para adaptarse?

En términos generales, el sector va por delante de esta regulación. Más de 100 compañías ya se han adherido y aplican el EU Green Data Centre Pact, cuyos objetivos y compromiso con la sostenibilidad son del máximo nivel.

En España, los mayores operadores nacionales e internacionales ya están adheridos a este pacto.

El problema de la Directiva se encuentra en la vaguedad de las definiciones, así como en el tipo de información que solicitan, que muchas veces se refiere a cuestiones que solo atañen a los clientes de los centros de datos y no a las infraestructuras, que es la posición que ocupamos los centros de datos.

Es difícil medir correctamente cuando la información que se te requiere no está a tu alcance. En este sentido, la Comisión Europea irá aprendiendo durante los próximos años, en la primera fase de aplicación de la Directiva.

¿Regulaciones de este tipo ayudan a atraer más inversiones al sector o consideras que dificultan la llegada de las mismas?

Los primeros interesados en la sostenibilidad de la industria son los propios operadores de centros de datos. La digitalización es el único camino hacia la descarbonización. Este es un mensaje que, de forma incesante, enviamos desde los centros de datos. La posibilidad de medir el grado de eficiencia de los centros de datos es una oportunidad. Los propios interesados ya lo hacemos desde hace años.

Es imprescindible, no obstante, que las autoridades vayan aprendiendo qué se debe medir, quién debe medirlo y qué se puede exigir a cada país y operador dentro de la Unión Europea.