Por Peter M. Curtis, fundador de PMC Group I, LLC


En los últimos meses, mis artículos se han centrado en el creciente papel de la IA y las tecnologías relacionadas dentro de la industria de misión crítica. Desde planos elaborados con precisión hasta algoritmos sofisticados, el viaje del sector de misión crítica ofrece una narrativa convincente.

Como ocurre con toda historia evolutiva, la esencia sigue siendo la misma: la adaptación es vital, pero la simbiosis de lo viejo y lo nuevo encierra la clave para el verdadero progreso.

En esencia, la industria de misión crítica consiste en garantizar una funcionalidad ininterrumpida, ya sea en telecomunicaciones, centros de datos o incluso servicios de emergencia.

Durante décadas, la experiencia humana, capturada en planos y MOPS y transmitida a través de tutorías, mantuvo el fuerte. Ahora, con los albores de la inteligencia artificial, nos encontramos en una encrucijada intrigante.

Si bien los algoritmos pueden procesar grandes conjuntos de datos en microsegundos y predecir posibles fallas en la infraestructura, todavía dependen de las bases establecidas por expertos humanos a lo largo de los años.

Una de las transformaciones más pronunciadas en este proceso evolutivo es el papel de los profesionales en el sector de misión crítica. En la era anterior a la IA, los roles se definían de forma estricta. El dominio de un ingeniero de construcción, por ejemplo, estaba firmemente anclado en sus planos, manuales, MOP y evaluaciones.

Un avance rápido hasta el día de hoy, y estos mismos profesionales están en transición y trabajando con múltiples habilidades junto con herramientas de inteligencia artificial, que no solo ayudan en las operaciones y el análisis, sino que también pueden predecir el deterioro de los equipos y la infraestructura, evitando así fallas críticas.

Este cambio, sin embargo, no se trata de reemplazar el contacto humano sino de aumentarlo. A medida que los planos tradicionales pasan a formatos digitales y análisis en tiempo real, hay una combinación evidente de experiencia humana acumulada y precisión de la IA.

Esta sinergia es particularmente crucial en la era actual en la que la industria de misión crítica enfrenta la inminente jubilación de profesionales experimentados. Estas salidas inminentes subrayan la urgente necesidad de retener, encapsular y transferir sus vastas reservas de conocimientos.

Más allá de simplemente catalogar este conocimiento, el desafío actual radica en la captura y transferencia efectiva de conocimiento. Aquí es donde entran en juego las tecnologías avanzadas. La IA, la IoT, el aprendizaje automático, la realidad aumentada y la realidad virtual han pasado de ser meras herramientas complementarias a engranajes centrales de la maquinaria.

Estas tecnologías están capturando la esencia de la inteligencia de la industria moderna y desempeñan un papel fundamental en la mejora de las metodologías de capacitación y el perfeccionamiento de las operaciones. Al aprovechar eficazmente estas herramientas, la próxima generación de técnicos será experta en gestionar las complejidades de la infraestructura contemporánea.

En esta historia en desarrollo, el software de gestión de procesos de instalaciones (FPM) emerge como un actor importante. Este software, junto con la IA, ofrece una oportunidad sin precedentes para cerrar la brecha entre la experiencia humana y la eficiencia de las máquinas.

Estas herramientas integradoras promueven transiciones, cultura y estandarización más fluidas a medida que los veteranos de la industria pasan el testigo a la nueva generación.

Además, al garantizar que no se pierdan conocimientos valiosos en la confusión, estas herramientas protegen contra posibles vulnerabilidades.

Cabe mencionar el potencial de la robótica en el sector de misión crítica. Los robots, con su capacidad de rastrear tanto activos como personal, pueden multiplicar la eficiencia humana.

Estas entidades autónomas, equipadas con varios sensores, permiten el seguimiento en tiempo real en múltiples ubicaciones. Los robots no sólo ofrecen mayor cobertura y visibilidad, sino que también poseen el potencial de detectar anomalías que podrían escapar a la atención humana. Desde identificar personas no autorizadas en las instalaciones hasta detectar fugas de activos, vibraciones, olores y sonidos, las aplicaciones potenciales son enormes y se expanden continuamente.

Esta integración continua de la IA y la experiencia humana no está exenta de desafíos. Sin embargo, las recompensas potenciales son enormes. La convergencia de conocimientos experimentados con herramientas de vanguardia promete un marco digital sólido, confiable y resiliente.

Este marco integrado se está convirtiendo rápidamente en la columna vertebral de una multitud de sectores, desde la atención sanitaria hasta el comercio. Garantiza continuidad, eficiencia y crecimiento en un mundo interconectado y en constante evolución.

En conclusión, "De los planos a los algoritmos" no es sólo una frase pegadiza, sino una descripción capaz de la evolución que se está produciendo en el sector de misión crítica. Si bien es innegable que la IA y las tecnologías asociadas están remodelando el panorama, el valor de la experiencia humana sigue siendo irremplazable.

Al defender un enfoque colaborativo, donde el conocimiento tradicional armoniza con las innovaciones tecnológicas, la industria de misión crítica está preparada para un futuro que es a la vez innovador y arraigado en principios probados en el tiempo y puede ser fundamental en el seguimiento de los KPI y las iniciativas corporativas.