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Actualmente, cada vez más empresas buscan reducir el consumo de energía y hacer un uso más eficiente de la misma. En este sentido, varias de ellas han encarado distintos proyectos de virtualización, pero la sola reducción del número de servidores no siempre determina mejoras en los procesos energéticos. Según los especialistas de Schneider Electric, en los nuevos entornos virtualizados, las aplicaciones pueden iniciarse y detenerse dinámicamente, lo que origina cargas que se modifican de un momento a otro y que se desplazan en el espacio, presentando un nuevo reto para la arquitectura y la administración de los sistemas de energía y enfriamiento. Además, la virtualización genera cambios en el centro de datos que plantean nuevas perspectivas y desafíos respecto de la infraestructura de energía y enfriamiento. El proceso de consolidación de los servidores físicos en servidores virtuales, se puede realizar tanto directa como indirectamente. La primera manera reduce la cantidad de servidores y la segunda permite eliminar una parte del consumo de los sistemas de energía y enfriamiento para ofrecer respaldo a los servidores. Es que, además de los beneficios en materia informática derivados de la virtualización, como el consumo de energía, deben optimizarse los sistemas de enfriamiento a fin de minimizar la capacidad que no se utiliza. De esta manera, las empresas pueden obtener mejores resultados, al mismo tiempo que se logra una mayor exigencia para la infraestructura de energía y enfriamiento. Si no se optimiza la capacidad de potencia y enfriamiento y se trabaja en función de la reducción de la carga informática, estos desafíos tienen consecuencias tanto sobre la eficacia (es decir, en qué medida la infraestructura cumple con la tarea de ofrecer soporte a la carga informática) como sobre la eficiencia (en qué medida conserva la energía mientras ofrece soporte a la carga informática). Si bien para poner en marcha un entorno virtualizado no es indispensable actualizar los sistemas de energía y enfriamiento, será posible obtener importantes beneficios en materia de eficiencia como resultado de la virtualización. La necesidad de reducir el consumo de energía y la huella de carbono de los centros de datos es de suma importancia, ya que si no se toma en cuenta, se puede perder sistemáticamente y de manera inadvertida una parte considerable de los beneficios que podrían obtenerse a partir de la virtualización.