La policía islandesa ha arrestado a 11 personas, incluido un guardia de seguridad, en relación con una serie de robos acontecidos en los centros de datos de la isla, llevados a cabo por delincuentes que se dirigen a servidores de minería de criptomonedas.
Aproximadamente 600 servidores, por valor de casi 2 millones de dólares, fueron robados en cuatro redadas en diciembre y enero. La policía aún no ha podido ubicar el equipamiento robado.
"Este es un gran robo a una escala nunca antes vista", explica Olafur Helgi Kjartansson, el comisionado de policía en la parte suroeste de la península de Reykjanes, donde ocurrieron dos robos. "Todo indica que se trata de un crimen altamente organizado".
Las autoridades mantuvieron secretas las noticias de los atracos para ayudar con la investigación, y sólo se han revelado los crímenes después de hacer 11 arrestos.
Al parecer, la policía está monitoreando el consumo de electricidad en todo el país con la esperanza de poder detectar los servidores que se están utilizando. Las autoridades han pedido a proveedores locales de servicios de Internet, electricistas y empresas de almacenamiento que informen sobre solicitudes inusuales de energía.
La minería de criptomonedas consume mucha energía, e Islandia se ha convertido en un atractivo por sus energías hidroeléctrica y geotérmica baratas. Un portavoz de la firma de energía islandesa HS Orka afirmó el mes pasado que la electricidad utilizada por dichos centros de datos en el país podría superar la utilizada por los hogares de Islandia, si bien esa proyección tuvo en cuenta un crecimiento continuo de la inversión en criptomonedas.
Debido a la naturaleza anónima de las criptomonedas, las autoridades pueden tener dificultades para confiscar cualquier bitcoin extraído por los ladrones, incluso si encuentran los servidores robados.