Brasil es un país con una matriz energética diversificada, gracias a su abundancia de fuentes renovables y limpias, lo que lo convierte en un atractivo mercado para el hidrógeno verde (H2V) a nivel mundial. Las discusiones sobre el objetivo de descarbonizar el planeta para el año 2050 están en aumento y han impulsado asociaciones centradas en acciones de energías renovables. Se espera que el hidrógeno verde contribuya significativamente a este proceso, y se estima que generará ingresos de 150 mil millones de reales brasileños anualmente hasta ese año, según una investigación de Green Hydrogen Opportunity in Brazil (Oportunidad de Hidrógeno Verde en Brasil), publicada en 2023.

Alemania está atenta a este mercado, y Brasil se presenta como un socio estratégico para los objetivos energéticos y climáticos del país europeo. Según Andreas Hoffrichter, cónsul honorario de Alemania en Curitiba y director de la Cámara de Comercio e Industria Brasil-Alemania (AHK Paraná), "Alemania no solo es experta en energía renovable, sino que también comprende la eficiencia energética. No se trata solo de producir energía a través del sol, el viento o el agua, sino de hacerlo de manera que minimice el desperdicio. Y ahí es donde Brasil tiene el conocimiento y puede ofrecer asesoramiento para varios proyectos".

Hoffrichter cree que, a pesar de la crisis económica en Alemania, el país europeo se recuperará en 2024, y este mercado puede resultar beneficioso. "No hay mejores condiciones en el mundo para la producción de energía renovable que en Brasil. Este es un mercado valuado en 150 mil millones de reales brasileños al año para la exportación. Discutimos mucho sobre la transformación verde en la Cámara en 2023, con algunos seminarios, y persistiremos en este tema este año para atraer inversiones de Alemania a Curitiba", destaca el director de AHK Paraná.

Hoffrichter formó parte de una delegación del gobierno de Paraná que visitó Toledo, en el Oeste de Paraná, el año pasado, para firmar un acuerdo de cooperación bilateral con el estado alemán de Mecklenburg-Vorpommern, en la región noreste de Alemania, en el área de sostenibilidad, especialmente en acciones de energías renovables.

Alemania es líder mundial en el uso de biodigestores en la producción de gas. Estos equipos aceleran la descomposición orgánica, extrayendo gases de los desechos que pueden utilizarse en la industria y otras actividades. Toledo, a su vez, es uno de los mayores productores de pollos y cerdos en Brasil, y uno de los proyectos aborda el problema de los desechos de la producción de estos animales en 17 municipios de la región.

La asociación con empresas alemanas no solo aportará inversiones a Paraná, sino que también resolverá el problema de la disposición de estos desechos. Hablando solo de pollos, el estado sacrifica 10 millones al día. Todo el volumen de desechos que producen no puede ir al suelo, debido al riesgo de deterioro del medio ambiente, por lo que es importante convertirlos en energía, explica Hoffrichter.

"En Toledo, firmamos un contrato de cooperación para llevar a cabo un proyecto de biodigestor. Consiste en recoger desechos de animales, como pollos y cerdos, de alrededor de 30 propiedades, ponerlos en un sistema de canalización y convertir todo en biogás. A partir de eso, se puede producir hidrógeno verde, que puede utilizarse para generar electricidad o almacenar energía, por ejemplo. También puede ser combustible para automóviles, aviones, camiones y barcos", explicó.

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