El Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Comunicaciones de Brasil ha informado que se ha sumado al proyecto de desarrollo del cable submarino Humboldt. Dicho cable conectará Chile con Australia. Sin embargo, aún no está claro cuál será el papel del gobierno brasileño en la empresa.

En el comunicado conjunto, los ministerios solo dicen que el proyecto "completará la conexión de fibra óptica de Brasil con sus vecinos". Y que “en los próximos meses, equipos técnicos de los países involucrados profundizarán las discusiones sobre las modalidades financieras y técnicas de la participación de Brasil en este proyecto de largo plazo”.

Además de Brasil, Argentina también se ha unido al proyecto, que está siendo tratado como una iniciativa de integración regional por parte de las autoridades. El gobierno chileno espera que Uruguay, Paraguay y Bolivia también participen de alguna manera en la iniciativa.

Se estima que el cable de Humboldt requerirá inversiones por vealor de 400 millones de dólares y será objeto de una concesión público-privada de 25 años por parte del gobierno chileno. La estructura contará con 8 fibras ópticas y una capacidad de tráfico de 400 Gbps, conectando Valparaíso (Chile) con Sydney (Australia), con una extensión a Auckland (Nueva Zelanda). En total, tendrá 14.810 km de longitud. En Australia, el cable se conecta con otros cinco cables que llegan de Asia.

Esta no es la primera vez que el gobierno brasileño entra en un proyecto de construcción de cables submarinos. En 2013, el gobierno de Dilma Rousseff propuso la construcción de un cable que conectaría el país con Europa. La estructura sería una ruta alternativa al enlace con Estados Unidos, por donde pasan hoy casi todos los datos de Brasil de camino al exterior. Tras idas y venidas, falta de recursos y cambios de orientación política, Telebras, la empresa estatal que formaría parte del proyecto, finalmente abandonó la iniciativa en 2020.

Hoy, el cable Brasil-Europa responde con el nombre de EllaLink, fue financiado por bancos europeos, por empresas de la Unión Europea y África. Brasil tendrá acceso al cable a través de RNP, que participa en Bella, una red académica que conecta Europa con América del Sur. EllaLink costó una fracción de lo que debería costar Humboldt: unos 150 millones de dólares y tiene una capacidad mocho mayor, de 72 Tbps.