Las presiones son múltiples: mientras de la propia organización bajan nuevos lineamientos sostenibles y crece la necesidad de disminuir la huella de carbono, se hace imprescindible reducir los costos de energía y seducir un mercado que exige cada vez más responsabilidad en el uso de recursos. La eficiencia energética en el centro de datos ya no es una opción ni un diferencial: es una necesidad. Una certificación general como ISO 50001 para generar una línea base de consumos y usos del negocio o una particular como CEEDA (Certificación de Eficiencia Energética para Data Center) son, en este contexto, la demostración de que no se trata de un discurso ni de un mero compromiso, sino de una acción concreta con un impacto positivo medible. En el último año se duplicaron las consultas relacionadas a certificaciones de eficiencia.

La gran pregunta es si todas las organizaciones están preparadas para dar ese importante paso a la certificación. En Europa, más del 50% de los data centers ya piensa en eficiencia además de eficacia de sus instalaciones. En principio, lo ideal es contar con un socio especializado que pueda ayudar a entender cuál es el estado actual de las instalaciones, qué mejoras son necesarias y cuáles son las estrategias posibles para alcanzar los resultados esperados. PS Advisoring, consultora dedicada al diseño, asesoramiento, puesta en marcha y soporte de salas de tecnología de la información que forman parte de los ambientes de misión crítica en empresas de telecomunicaciones, bancos y financieras, manufactureras, pymes, proveedoras de servicios de electricidad y compañías de petróleo y gas con alcance regional, realiza este acompañamiento de punta a punta, incluyendo los pasos y las iniciativas que se deben llevar a cabo para lograr la certificación propiamente dicha.

Algunos puntos clave para evaluar si su centro de datos requiere una certificación de eficiencia energética:

  1. ¿Tienen procesos claros de gestión de la energía?
  2. ¿Su departamento de compras siempre adquiere los sistemas de TI y facilities más eficientes?
  3. ¿Funciona el centro de datos a la temperatura recomendada por los estándares internacionales?
  4. ¿Gestiona correctamente los flujos de aire?
  5. ¿Están aprovechados los sistemas de aislamiento? ¿Pueden implementarse más?
  6. ¿Está capitalizado el espacio del centro de datos? ¿Es posible optimizarlo o reducirlo?
  7. ¿Existen “servidores zombis” o “servidores en coma”? ¿Es posible retirarlos sin afectar el resto de la infraestructura?
  8. ¿Se utilizan tecnologías obsoletas que puedan estar consumiendo más energía que si se las reemplaza por otras más modernas?
  9. ¿Se virtualizan todas las cargas de trabajo posibles?
  10. ¿Compra o desarrolla el software más eficiente de la industria?
  11. ¿Contempla el diseño eficiente del centro de datos los cambios potenciales del negocio en el futuro?
  12. ¿Cuenta con el personal apropiado para operar y mantener el centro de datos en forma continua y eficiente?

El análisis es profundo y abarca cuestiones técnicas y también culturales: más del 70% de los incidentes están relacionados con los RRHH involucrados. Por eso es importante avanzar con esquemas de capacitación para los colaboradores involucrados: las buenas costumbres también hacen a las mejores prácticas cuando de eficiencia energética se trata. Y, un punto fundamental: el apoyo de la alta dirección de la empresa al proyecto es clave si se quiere lograr resultados positivos.

En resumen, todas las organizaciones pueden certificar la eficiencia energética de su centro de datos, pero es necesario antes recorrer un camino de evaluación, mejora y ordenamiento para garantizar el éxito de la iniciativa.