Cada vez que volvemos al tema del Edge, está aún más claro que todavía hay que dar un par de vueltas más. Nos han repetido más de una vez que el Edge es un territorio fronterizo, donde la infraestructura tiene que ofrecer soporte a las aplicaciones localizadas que necesiten un procesamiento receptivo y de baja latencia. Así que no nos tendría que pillar por sorpresa que las viejas tecnologías no siempre cumplan con la demanda. Este suplemento se centra en algunas de las formas de entender el Edge —y de hacerlo funcionar— en este planeta... y más allá.